Al garete decenas de carretones de “Pa’ mi gente”, un programa que comenzó en 2010 con la visión de un gran proyecto de microempresarismo y de impulso económico para la Isla –mediante la entrega de carretones que se deben utilizar para la venta al detal de diversos productos-, y que ahora es parte de un desmadre donde abundan las deficiencias, el despilfarro de dinero y múltiples interrogantes que se niega a responder el Departamento del Trabajo (DT). 

La iniciativa – presentada por el entonces gobernador Luis Fortuño y la cual contaba con una asignación de $5 millones provenientes del Plan de Estímulo Económico Criollo- consistió en otorgar un carretón a personas desempleadas para que montaran sus propios negocios de venta de artesanías, flores, frutas y vegetales o comidas ligeras.

El Programa es capitaneado a través de la Secretaría Auxiliar de Adiestramiento y Promoción de Empleo (Saape) del DT.

Fueron múltiples las conferencias de prensa en las que Fortuño entregaba con entusiasmo algunos de los cinco modelos de quioscos disponibles a gente que quería reinsertarse en la economía de la autogestión. Los vagones, se dijo en aquel momento, tenían cisterna de agua y tecnología ecoamigable que incluía placas solares que proveían energía hasta por cinco días, aunque no calentara el sol.

En cambio, un recorrido de Primera Hora en las inmediaciones de la oficina regional del Departamento del Trabajo en Carolina, confirma que en el estacionamiento de la agencia había al menos 32 quioscos rodantes a la intemperie y exponiéndose al deterioro progresivo por la falta de mantenimiento.

De hecho, algunos de los pequeños carritos estaban en condiciones críticas y visiblemente vandalizados, lo que demuestra una posible violación al artículo 10 de la Ley 230, la cual establece que la custodia, cuidado y control físico de la propiedad pública es responsabilidad del jefe de la agencia y que cualquier funcionario que incumpla deberá responder al Gobierno por su valor, en caso de pérdida o deterioro indebido de la misma.

Un empleado del DT, quien habló bajo anonimato con Primera Hora, dijo que “habían muchos otros carritos, pero se los han ido llevando para algún lugar en Ponce”.

Agregó que los quioscos llevaban tiempo en el lugar y que la falta de cuidado había “chava’o” a muchos de estos.

Sin embargo, la situación de los carretones en Carolina, es sólo la génesis de otra serie de irregularidades ocurridas con el programa “Pa’ mi gente”, el cual suponía un generador de empleos y alivio económico en medio de la crisis fiscal en la que ya agonizaba Puerto Rico.

Y es que un informe de auditoría revelado hace menos de un año (julio de 2017) por la Oficina del Contralor hizo graves señalamientos al Programa, incluyendo falta de controles en el cuidado y protección de los quioscos, así como deficiencias relacionadas con los contratos otorgados para la adquisición de los carretones.

Según la pesquisa, del 2 de abril de 2012 al 9 de agosto de 2013, la agencia compró 387 quioscos por $2,743,560.

De estos, se entregaron sólo 353 pues la investigación reveló que unos 34 remolques (por los que se pagaron $248,737) permanecían en un taller “listos para entrega” desde el 1 de noviembre de 2012. 

Lo peor del escenario es que hasta hace un año los costos de almacenamiento de esas 34 unidades sumaban $1,275,000, una cifra que continuaba aumentando a razón de $45,000 mensuales, según el contrato pactado.

¿Qué pasó con esos carretones y a cuánto finalmente ascendió la deuda que deberá ser pagada con fondos públicos de un país en quiebra?

Esa es una pregunta a responder por el secretario del DT, Carlos Saavedra.

De otra parte, el informe de la Oficina del Contralor menciona que uno de los proveedores (Lorck Contractors Corp.) a quien la agencia le otorgó un contrato por $1.1 millón para construir 150 quioscos, no cumplió con los términos establecidos pues entregó solamente 20 unidades. 

En cambio, Primera Hora supo por parte de una fuente, que el monto correspondiente al pago de la veintena de carritos no fue reembolsado en su totalidad al propietario de la empresa, quien puso una demanda contra el DT.

¿En cuál estatus está ese pleito legal o cualquier otro relacionado al programa “Pa’ mi gente”?

Esa respuesta es una incógnita, mientras el DT opte por el silencio.

Otros señalamientos de la auditoría fueron la falta de cláusulas e información en un contrato de consultoría otorgado a una firma auditores externos y la ausencia de certificaciones en expedientes de contratos por servicios profesionales y consultivos. 

En el informe de 40 páginas se reveló que, precisamente, en la oficina regional del Departamento del Trabajo en Carolina, había para el año 2016, unos 85 carretones en descuido, mientras que en una fábrica de muebles en Ponce había 35 y en el estacionamiento de Saape, en San Juan, otros 7.

De los de Carolina, se precisa que 16 estaban dañados y ya no estaban cubiertos por la garantía del fabricante. 

A esto se añade que la agencia no incluyó en el Registro de la Propiedad unos 353 quioscos, ni mantenía un inventario actualizado de los vagones entregados.

Cabe señalar que, según pudo constatar Primera Hora a través de un contrato que realizó el Departamento del Trabajo con el último manufacturero (Trailerlogic LLC.) que confeccionó los carritos, el costo de cada unidad, dependiendo el modelo, fluctuó entre los $5,750 y $6,514. 

Primera Hora hizo una petición para entrevista con el fin de conversar sobre el tema con el secretario Saavedra, pero hasta el momento han sido infructuosas las múltiples gestiones efectuadas a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto enviados al portavoz de prensa de la agencia, Elliot Rivera.

Sólo en una comunicación inicial, el día 23 de abril, hubo una declaración y fue provista por Rivera.

“Esos vagones se van a estar utilizando para el próximo año fiscal en un nuevo programa que se está diseñando ahora… es un nuevo programa que se estará haciendo con el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio”, se limitó a decir el portavoz de prensa.