Martin O'Malley es el primer aspirante a la candidatura presidencial demócrata en hacer una escala en Puerto Rico en esta campaña, parte de su esfuerzo por granjearse votos hispanos.

El exgobernador de Maryland se reunió el sábado con legisladores locales para hablar sobre sus preocupaciones en momentos en que este territorio estadounidense enfrenta un bache económico y una deuda pública de $72,000 millones. O'Malley acudiría a un evento de recaudación de fondos más tarde el mismo día.

Le dijo a The Associated Press en una breve entrevista que Puerto Rico debería recibir los mismos beneficios que los estados norteamericanos.

"En estos momentos, el pueblo de Puerto Rico... está siendo tratado muy injustamente por fuerzas en los estados contiguos de Estados Unidos, fuerzas en Wall Street y la intransigencia de este Congreso republicano a la hora de tomar medidas para restaurar simples protecciones por bancarrota", dijo.

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El gobernador Alejandro García Padilla ha estado cabildeando con el fin de que las agencias públicas de Puerto Rico tengan el derecho a declararse en bancarrota bajo el llamado Capítulo 9, disponible sólo a municipios. Pero la propuesta no ha conseguido ningún auspiciador republicano en el Congreso estadounidense. García advirtió en semanas recientes que la deuda pública de la isla es impagable y tiene que ser restructurada.

O'Malley dijo que García no debería estar solo en esa lucha.

"Él no tiene una varita mágica", dijo. "Esto debería ser algo que le preocupe a nuestro Congreso, incluso a nuestro Congreso republicano, porque haría algo de daño e impactaría a Estados Unidos si Puerto Rico se hunde, o su economía se desploma, porque no podemos renegociar su deuda".

Fondos estadounidenses de inversiones poseen más de $11,400 millones en bonos puertorriqueños, poco más de 15% de su deuda pendiente, de acuerdo con un reporte de la firma de investigación y manejo de inversiones Morningstar. Fondos de inversiones de alto riesgo poseen una tercera parte de la deuda de la isla.

El senador puertorriqueño Jorge Suárez estuvo entre los legisladores que se reunieron con O'Malley.

"Es sumamente importante que haya personas que nos puedan dar la mano en estos momentos tan difíciles... obviamente es un abismo económico con el que tenemos que trabajar", le dijo Suárez a la AP.

O'Malley declinó comentar sobre el estatus político futuro de Puerto Rico, y sólo dijo que corresponde a los puertorriqueños decidirlo, pero indicó que pelearía por un tratamiento igual para el territorio, que, hizo notar, recibe tasas más bajas de reembolsos de los programas sociales gubernamentales Medicare y Medicaid que los 50 estados.

O'Malley anda rezagado entre cinco aspirantes presidenciales demócratas, incluida la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.

"Nuestro país necesita nuevos líderes, quiere líderes independientes de viejas políticas del pasado y de las relaciones del pasado que nos impiden alcanzar un futuro mejor... queremos una economía que trabaje para todos en lugar de solamente para unos pocos de nosotros", afirmó.

Dice que espera difundir pronto su historial médico, y que él y su esposa ya han dado a conocer lo que deben.

"Como muchos otros estadounidenses, estamos bajo una montaña de deudas por el dinero que tuvimos que pedir prestado para enviar a nuestros hijos a la universidad", dijo. "Pienso que puedo decir con certeza que soy el candidato más pobre que aspira la nominación presidencial por el Partido Demócrata".

O'Malley parte de Puerto Rico el domingo. Su visita se produce tres meses después que el aspirante presidencial republicano Jeb Bush viajó a la isla para un evento de recaudación de fondos y una asamblea popular en la que respaldó la idea de que Puerto Rico se convierta en un estado de Estados Unidos y habló sobre inmigración.

Unas 144,000 personas se han ido de la isla entre el 2010 y el 2013 en medio de la crisis económica. Muchas se han asentado en diversos estados, incluidos Florida y Nueva York.