En medio de expresiones de desaprobación de un puñado de maestros que logró acceder a las gradas, la Cámara aprobó esta tarde el denominado proyecto de reforma educativa.

La medida recibió 31 votos a favor de la mayoría novoprogresista y 16 en contra de las minorías popular e independentista. También, el representante penepé Néstor Alonso votó en contra.

El novoprogresista José Aponte y los populares Luis “Narmito” Ortiz y Javier Aponte Dalmau, no estuvieron presentes en la sesión legislativa.

El debate de más de cuatro horas, estuvo matizado por los reclamos desde las gradas de las maestras y maestros que criticaban a gritos los turnos de los representantes novoprogresistas.

Los ánimos se caldearon más con un altercado que protagonizaron el representante Manuel Natal Alvelo y la representante María Milagros Charbonier, lo que detuvo brevemente los trabajos en el hemiciclo.

En su turno, Charbonier criticó a los legisladores que se oponen a la medida y tienen matriculados a sus hijos en colegios privados y aludió al Colegio Espíritu Santo, donde cursó estudios Natal Alvelo. El legislador popular llamó “irrespetuosa” a Charbonier y esta le ripostó que en su turno decía lo que quería.

Poco después, la maestra de Caguas, Anés Cedeño reclamó a gritos que los legisladores estaban “sordos y ciegos” y que no querían escuchar al pueblo. Cuando policías se acercaron para sacarla, la portavoz del grupo magisterial Educamos, Eva Ayala les dijo que si la tocaban los maestros allí presentes harían un escudo humano.

Mientras los maestros coreaban y gritaban “no nos pararán”, efectivos de la Fuerza de Choque fueron movilizados hasta el tercer piso del Capitolio.

El proyecto de 176 páginas, que sufrió múltiples enmiendas, pasa al Senado.

Sólo una tercera parte de las gradas fueron ocupadas. Muchos asientos estaban vacíos, mientras antes del  mediodía los ujieres y empleados de seguridad que custodian el punto de cotejo en el tercer piso del Capitolio, indicaron que no había espacio para nadie más.

En ese momento, Jinnette Morales Díaz, madre de un niño de educación especial estaba en la fila para entrar y clamó para que la dejaran pasar a las gradas. Tras el huracán María, Morales Díaz hizo una huelga de hambre para que reabriera la escuela donde estudia su hija.

Entre el grupo de maestros que pudo pasar a las gradas figuran las líderes magisteriales, Mercedes Martínez, presidenta de la Federación de Maestros, Emilio Nieves de Unete y Ayala, de Educamos.

“Será una escuela gratuita y libre de discrimen”, expresó el representante novoprogresista Guillermo Miranda, cuya Comisión de Educación evaluó la medida en vistas públicas.