Una empresa puertorriqueña tiene interés en ser seleccionada para trabajar el diseño y construcción del controversial muro que el presidente Donald Trump pretende edificar en la frontera de los Estados Unidos con México. 

Entre las decenas de compañías de construcción e ingeniería que respondieron a una presolicitud federal del Departamento de Seguridad Nacional, Aduanas y Protección Fronteriza, figura la empresa local San Diego Project Management PCS, cuyas instalaciones centrales están ubicadas en Luquillo.

La información -que ha sido criticada en redes sociales por personas que catalogan que trabajar en el proyecto del muro es un acto de apoyo a las propuestas antiinmigratorias de Trump- fue confirmada por Patrick Balcazar, el dueño y fundador de la entidad que inició funciones en el 2000, y que forma parte de las pequeñas empresas propiedad de veteranos discapacitados en el servicio militar.

“Es cierto. Tengo mucho interés en este proyecto y tenemos intención de competir”, dijo el exmilitar e ingeniero que durante un tiempo se desempeñó como director del ROTC en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

A preguntas de Primera Hora, dijo estar consciente de las críticas que recibirá por mostrar interés en un plan inhumano y contraproducente que pone en peligro la vida de miles de migrantes que buscan cruzar la frontera. También están en riesgo valiosos recursos ambientales.

“Déjame decirte que el debate de ética de este proyecto lo he pensado mucho. Créeme que no fue fácil. Pero hay dos maneras de mirar esto: es mejor ser parte del proceso y participar en él y asegurar que sus estándares de ingeniería salvaguarden vidas o puedes dejar que los mercenarios hagan Dios sabe qué”, expresó Balcazar, nacido y criado en San Diego, California, una de las ciudades en EE.UU. con mayor población de inmigrantes. 

“Tengo un nivel de ética profesional y personal muy alto. Trabajo bajo las normas y jamás para hacer daño a nadie”, agregó quien se estableció en Puerto Rico para la década del 90 tras casarse con una puertorriqueña con la que procreó cinco hijos.

Balcalzar asegura que competir por la subasta también es un proceso de aprendizaje, y le abre las puertas a las 75 personas que trabajan para él -incluyendo ingenieros y contratistas- de laborar en un proyecto de envergadura. 

“Se trata de un proyecto interesante en términos de diseño. En mi caso, además de ingeniero soy contratista y diseñador, y tengo mucho conocimiento en esto de las barreras porque trabajé en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos precisamente diseñando y construyendo cercas que mantuvieran al enemigo alejado. También fui oficial de operaciones donde tuve que planificar la entrada y derrumbe de muros para poder invadir otros lugares”, manifestó.

Balcazar está consciente de la competición que hay por la subasta- en la que han mostrado interés 180 compañías incluidas una de Israel- pero al momento, prefiere ver el asunto como una experiencia de aprendizaje.

“Además, es una forma de dar a conocer a nuestra empresa y a nuestro excelente equipo de trabajo de ingenieros y contratistas, quienes pueden ser considerados para otras tareas dentro del mismo proyecto, que es uno millonario”, destacó.

El 6 de marzo próximo habrá una notificación oficial sobre los requisitos que debe cumplir cada licitador, luego habrá una segunda fase en la que se dará a conocer un grupo de preseleccionadas que deberán completar para finales de marzo su propuesta de diseño, incluido los precios. 

La extensión del muro propuesto por Trump -cuya inversión se estima en $21,600 millones- consiste en una construcción que cubra 2,000 millas en la frontera sur.

A juicio de Balcazar, más allá de una pared de hormigón, el gobierno federal persigue un proyecto tecnológico que funcione a base de torres de vigilancia en la que se utilizan sensores infrarrojos, de ondas sísmicas u ópticas, entre otros.

Actualmente, San Diego project Management tiene 14 proyectos activos para proveer servicio al Departamento de Asuntos de Veteranos en Puerto Rico.