En pocas ocasiones han estado de acuerdo por razones ideológicas y políticas, pero si es por exaltar el orgullo patrio, nuestros funcionarios se apuntan toditos. 

El agonizante encuentro del lunes entre la escuadra puertorriqueña y el equipo de Holanda en el Clásico Mundial de Béisbol mantuvo a la ciudadanía al borde de su silla para, finalmente, celebrar un triunfal marcador 4-3 a favor de #LosNuestros.

Y los políticos no se lo perdieron. 

Unos lo vieron por Internet, otros desde establecimientos, varios en sus casas por televisión, pero el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá sabía que “cualquier excusa era buena” para visitar a su hija Gabriela en Los Ángeles y –junto a su esposa, la representante Luisa “Piti” Gándara–, llegar hasta el Dodger Stadium y disfrutar del juego que nos dio el pase a la final.

La experiencia, según compartió Acevedo Vilá con Primera Hora, fue abrumadora.

“De las 25,000 personas que había en el estadio, como el 90% le iba a Puerto Rico, y por los panderos, los cencerros, los cartelones, las gorras y las camisetas… Era como si estuviéramos en el (estadio Hiram) Bithorn, pero con frío. Como el juego fue tan reñido, se podía sentir la tensión en el aire. Cuando entró la carrera ganadora, aquello se iba a caer”, contó el exgobernador, quien luego de salir del parque se dedicó a ver vídeos y leer historias por Internet del comentado partido, “pues llegué hyper”.

¿Qué mensaje les envía a los muchachos? 

Simple y sencillamente, gracias. Lo han dado todo por nosotros. La química entre ellos se la han transmitido a todo un país. Se han convertido en señas de identidad de la nacionalidad puertorriqueña. Y que sí, que sigan gritando desde el corazón ese grito de guerra...

El equipo de Puerto Rico esperaba anoche por el partido entre Japón y Estados Unidos para conocer cuál sería su contrincante en el juego final del Clásico Mundial de Béisbol, a celebrarse hoy nuevamente en el Dodger Stadium, a donde volverá Acevedo Vilá. 

Sin duda, será otro encuentro que nos volverá a llenar de emoción, de nervios, quedaremos roncos por los gritos, pero sobre todo nos llenará el corazón de ese orgullo que solo es posible cuando nos unimos por #LosNuestros.