Varios senadores instaron hoy a los líderes de las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos y al presidente Barack Obama a que la junta de supervisión fiscal para reestructurar la deuda de Puerto Rico esté compuesta "por personas cualificadas que vivan en la isla".

Después de la aprobación la semana pasada de la legislación conocida como Promesa, y que supone un camino para reestructurar los más de 70,000 millones de dólares de deuda que arrastra Puerto Rico, el próximo paso es crear dicho grupo de control, que debe ser aprobado por Obama.

En distintas misivas dirigida al líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, y al presidente de la Cámara Baja, el conservador Paul Ryan, así como a Obama, los senadores demócratas Bob Menéndez, Cory Booker y Jeff Merkley, además del independiente Bernie Sanders, alertaron sobre la composición de la junta.

"Seguimos decepcionados porque a los representantes democráticamente elegidos de Puerto Rico no se les ha dado ninguna representación en el consejo, y nos resulta altamente cuestionable que ni ellos ni la gente tenga la oportunidad de intervenir en el establecimiento de la junta", escribieron los legisladores.

"Sin embargo, como mínimo, la junta debe estar compuesta por miembros que tengan residencia principal en la isla y una sólida comprensión de las causas estructurales de la pobreza en Puerto Rico y su historia socioeconómica", agregaron.

La ley, de carácter bipartidista, ha sido criticada por algunos legisladores que consideran que dicha junta supone un elemento "colonialista" e "intervencionista" para Puerto Rico.

Promesa crea una junta de supervisión fiscal integrada por siete personas de las listas presentadas por los líderes del Congreso y una a la sola discreción del presidente.

Esta tendrá amplios poderes sobre la isla, incluyendo la autoridad para escribir el Régimen Fiscal y los presupuestos anuales, vetar leyes, reglamentos y órdenes ejecutivas, y hacer recomendaciones con fuerza legal.