Un hombre al que se le atribuye haber salvado la vida de más de 2.4 millones de niños con su plasma sanguíneo, realizó su última transfusión, según informó el Servicio de Sangre de la Cruz Roja Australiana.

Se trata de James Harrison, de 81 años y residente de Australia, quien había sido apodado como "el hombre con el brazo de oro", debido a que su organismo producía un extraño anticuerpo en la sangre utilizado para crear un medicamento llamado anti-D, que se les proporciona a las madres cuya sangre tiene el riesgo de desarrollar la patología hemolítica rhesus D (HDN) o anticuerpos que atacan a los pequeños que están por nacer, constata ABC News.

"Es un día triste para mí. El final de una larga carrera (...) seguiría yendo si me lo permitieran", dijo el australiano a The Sydney Herald el día de su última transfusión.

Y es que luego de haber donado plasma sanguíneo más de 1,100 veces a través del programa Anti-D de la Cruz Roja Australiana, Harrison ha alcanzado el límite de edad para cualquier donante.

El programa comenzó en el año 1967 y Harrison fue el primer donante en formar parte de la iniciativa. Antes, el HDN mataba a miles de recién nacidos cada año.

"Más de tres millones de dosis de Anti-D que contienen sangre de James han sido emitidas a madres australianas con un tipo de sangre negativo", dijo la Cruz Roja.

El australiano decidió convertirse en donante luego de someterse a una cirugía de tórax en la cual dependió de las transfusiones de sangre de otras personas para salvar su vida.

Aunque la donación de plasma anti-D de todo el país oceánico proviene de tan solo 200 personas, el 17% de las mujeres australianas que están embarazadas necesitan de estas inyecciones para mantenerse sanas antes del nacimiento de sus hijos.