Tremenda transformación.

Noah Kingery, de 29 años y residente en California llegó a pesar 350 libras, y en apenas 18 meses  perdió más de la mitad de esas libras.

Según reseña el dailymail.co.uk a pesar de que el joven ahora pesa 160 libras, su cuerpo aún muestra las señales de lo grande que llegó a ser.

Inicialmente, el joven subió 210 libras en un año tras una aguda depresión que lo llevó a beber alcohol desenfrenadamente y comer comida chatarra.

"Estaba en un  profundo lugar oscuro en el que no veía que valía la pena vivir", cita el portal a Kingery.

Luego de un fallido intento de suicidio, el joven decidió cambiar su vida. Dejó de beber bebidas alcohólicas, al igual que de comer alimentos de alto contenido grasoso.

"Me dediqué al gimnasio, la nutrición y a cambiar mi estilo de vida", dice el joven que espera ser inspiración para otros.

"Ahora creo que nada es imposible", señala.