Ollie es un niño australiano de tres años de edad que visitó un zoológico por primera vez. Lejos de alegrarse por estar cerca de cocodrilos, elefantes y jirafas, salió furioso. El relato, lleno de inocencia y honestidad, se volvió viral.

Al volver a casa después del paseo,  reflexionó sobre lo que vio y sus padres lo entrevistaron: "No está bien. Es como la cárcel. Ellos no están siendo traviesos, solo quieren salir".

Los más cuestionados del vídeo son los dueños del Healesville Sanctuary, un zoológico a 65 km de la ciudad de Melbourne: "No son gente buena". A los pocos segundos agregó: "Son buenos... pero no saben cosas". 

El solo hecho de que "vean animales y los encierren" le parece una locura.