¿Un pequeño insecto podría ser capaz de resolver la hambruna y la desnutrición mundial? Según Mohammed Ashour, la respuesta a dicha pregunta es sí.

Ashour creó el programa Aspire junto con cuatro compañeros de estudio de maestría en administración de negocios de McGill University, en Canadá, para promover el consumo de insectos en países que carecen de acceso al sustento nutricional.

En el sitio web de Aspire se establece que los insectos comestibles son una rica fuente de proteínas, hierro y micronutrientes.

Según CNN, gracias a esta idea, el grupo de empresarios ganó el premio Hult de 2013, que otorga $1 millón como base para financiar la empresa social más innovadora. También recibieron apoyo de la firma canadiense financiada por el gobierno, Grand Challenges.

El medio noticioso indicó también que, con sus ganancias, Aspire (con base en Toronto, Canadá) estableció un programa piloto en Ghana, donde la inseguridad alimentaria sigue siendo un problema grave.