Crece en cualquier esquina, entre las rajas de la acera y lo cortamos con el trimmer sin pensarlo dos veces. De niños (y algunos de adultos) nos tirábamos al suelo y pasábamos buen rato tocándolo, viendo cómo parecía pestañear, maravillados con esta plantita que parecía que tuviera cosquillas.

¿Quién no conoce el moriviví? Pues, aparentemente, todo aquel que no viva en áreas tropicales porque ahora resulta que una publicación de artículos científicos está ofreciendo la inofensiva maleza como un mutante de la Naturaleza. ¿En serio?

Si visita el portal www.livescience.com verá una nota dedicada a los fanáticos de lo científico que lo tienen todo y no se conformarán con un microscopio o un modelo a escala de una bacteria. A estos hay que regalarles algo con imaginación y, ¿qué mejor que la “planta zombie”?

Honestamente, al leer esto lo primero que pensamos fue en aquel enorme capullo del musical de los 80 “La Tiendita del Horror” que tenía secuestrado a Rick Moranis, pero a los boricuas, probablemente, jamás se les hubiera ocurrido llamar “zombie” al moriviví. ¿Será la fiebre de “The Walking Dead”? Vaya usted a saber.

En lo que averiguamos ese detallito, en la tienda virtual de Live Science la oferta leía textualmente: “Este kit incluye todo lo que necesita para empezar a cultivar ‘¡La Planta que Juega a Estar Muerta cuando la toca y luego vuelve a la VIDA!’. ¡Solo añada agua a los semilleros del mini invernadero y plante las semillas! Es una excelente planta para todo el año. (Cuando la pones en agua, el semillero se expande para formar una maceta con tierra, ¡todo en uno!) Crece en interiores cualquier temporada del año. ¡Sí, hasta en INVIERNO!”.

El empaque consiste de un contenedor de plástico reciclado, seis discos para sembrar hechos con conchas de coco recicladas, un paquete de “semillas zombie” (de 10 a 20) e instrucciones. Al cierre de esta edición el set de “plantas zombies”  se vendía por $12.99 en Live Science y estaba agotado. Así como leyó: A-GO-TA-DO. Otra búsqueda  por internet reveló que se consigue en el gigante Amazon por el cómodo precio de $13.99. Seis morivivís por 14 pesos. Así mismo.

¿Por qué no se nos ocurrió a nosotros? Podríamos haber salvado la economía  sin tener que imponer “la crudita” y ya que lo de exportar la carne de iguana no ha salido como esperado (aunque muchos aún sueñan con que el sabroso reptil llegue a algún restaurante gourmet) pues sería cosa de recoger estos yerbajitos, cultivarlos a gran escala y vender los semilleros. ¡Diache, nos hubiéramos hecho ricos!

Pero no hay que perder la esperanza: podemos vender cadillos  como “la planta vampiro”... ¡Uy, qué miedo!