El gobierno británico lanzó una fuerte y polémica campaña para prevenir los accidentes viales. El escenario es un pub de Londres donde los clientes acuden al baño. Cuando están frente al espejo lavándose las manos es cuando un muñeco parecido a un humano golpea violentamente el cristal, simulando un peatón impactando en un parabrisas, en una puesta en escena que trató de ser lo más real posible, incluyendo supuestas manchas de sangre.

El objetivo es crear consciencia del peligro de conducir bajo los efectos del alcohol.

Según datos oficiales, pese a la reducción de víctimas fatales en accidentes de tránsito, un 15% de todas las muertes tienen su origen en un conductor ebrio.

De acuerdo a antecedentes, en 2011 en el Reino Unido murieron 280 personas producto de accidentes de tránsito donde el alcohol estuvo involucrado.