Un vídeo de una conductora de una minivan que termina con una persecución policiaca se ha vuelto viral, y ella, se ganó el apodo de "Mama Bear". 

Según nbcdfw.com, la dramática persecución policiaca fue reportada el miércoles, en el norte de Dallas,Texas.

La Policía identificó al sospechoso como Artrai Alexander, de 40 años y quien, supuestamente, robó un auto Dodge Challenger en una tienda de conveniencia en el bloque 3,000 de la Avenida Central, cerca del Fair Park. 

La víctima del robo, según el medio, llamó al 911 y describió el auto, desatando la persecución salvaje a través de la ciudad.

La Policía buscó al carro a través de las calles residenciales, estacionamientos y la Interestatal 635, hasta que el conductor trató de pasar entre dos vehículos frente a la luz roja del semáforo entre Walnut Hill Lane y el camino Abrams.

Uno de los vehículos impactados por el perseguido fue la minivan que manejaba Jessica Liesmann, quien estaba acompañada por su hijo y su novio, Charles Cook. 

La mujer salió de su vehículo en dirección al agresor y lo lanzó al piso hasta que la Policía llegó para arrestarlo. 

"Lo vi venir hacia mí y chocarme. Viré, miré a mi hijo y le pregunté: '¿Estás bien'? y él dijo 'Sí'. Así que, brinqué fuera del carro y fue como que '¿Qué pasa contigo? ¡Estás en una zona escolar! ¿En qué estás pensando?'. Él no dijo nada", dijo Liesmann. 

El citado medio estableció que el hijo de Liesmann, de 13 años, fue  transportado en ambulancia como medida de precaución y fue dado de alta antes de las seis de la tarde. 

"Mi mamá lo puso en su lugar, y estoy orgulloso de que él esté en la cárcel. Para ser honesto, cuando estaba en el carro, pensé que había muerto", dijo el menor. 

Su madre dijo que estaba furiosa ante lo sucedido. "Estaba molesta. Acabo de perder a mi hijo de cuatro años en su segundo día de clases",  expresó Liesmann. "No puedo imaginarme. Estoy agradecida , primero que nada, de que él está bien y segundo, que el tipo está en la cárcel", agregó. 

El medio reportó que un arma robada fue encontrada en el Challenger. El novio de Liesmann, tras enterarse de dicho hallazgo, dijo sentirse agradecido con Dios de que el criminal no le disparó.