Fajardo. Los problemas de desbordamientos de aguas sanitarias y la posterior contaminación de terrenos y cuerpos de agua parece haberse convertido en una situación habitual en la región este de la Isla.

La historia se repite continuamente en comunidades de la zona: desbordamientos de aguas residuales causadas por el incumplimiento de los reglamentos del Gobierno, por parte de los desarrolladores de urbanizaciones, y la inacción del primero ante la dilación de los casos en las cortes del País.

Vecinos de la urbanización Santa Rita, en Fajardo, volvieron a denunciar el grave problema de desbordamiento de aguas sanitarias en su comunidad, que no solo van en detrimento de su calidad de vida, sino que se ha convertido en una emergencia ambiental que amenaza la flora y la fauna marítima y terrestre.

“El problema se ha empeorado. Llevamos 13 años en esto, desde que se construyó la urbanización. No tenemos calidad de vida, esta urbanización es de interés social y aquí viven muchas familias jóvenes con niños pequeños que se enferman a cada rato por esta situación. Ni al Gobierno, ni al desarrollador, ni al banco que financió el proyecto les importa la vida de estos niños”, denunció molesta Johanny Llabrés, portavoz de los residentes.

“Lo que queremos es que la agencia que sea, federal o estatal, intervenga inmediatamente porque no podemos concebir que la banca de este País y los desarrolladores sean los que decidan y controlen las acciones del Gobierno y nuestra calidad de vida dependa de sus intereses”, añadió.

Según explicaron los residentes, la razón del litigio es la planta de tratamiento de aguas sanitarias que se supone sirva a la comunidad y que nunca fue conectada con el servicio de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

El desarrollador de la urbanización –identificado como Phillip Diorio Grande- consiguió permisos provisionales para la construcción pero nunca entregó la prueba de finalidad que exige el Gobierno para corroborar que el sistema sea funcional.

Una vez el desarrollador se desvinculó del proyecto, el Tribunal Superior de Puerto Rico obligó a Doral Bank, institución que financió la construcción, a hacerse cargo del mismo y responder por la situación.

Sin embargo, según los vecinos, la institución bancaria ha dilatado el proceso legal y las aguas sanitarias continúan contaminando los terrenos aledaños a un cuerpo de agua , tributario del río Fajardo.

“Antes eran un par de calles, ahora las calles 1, la 2, 3, 8 y 12 están constantemente desbordándose. Yo vivo en la calle 1 y mis nenes se me están enfermando constantemente. Ahora, hasta se nos desbordan los baños con aguas negras. Lo que queremos es que remedien el problema”, dijo, por su parte, Yimary López, madre de dos niños de dos y cuatro años, y quien reside en la comunidad hace dos.

“Nosotros aquí no vivimos del Gobierno, somos personas trabajadoras que pagamos nuestros impuestos y nuestras hipotecas, ¿por qué nos abandonan a la deriva? ¿por qué el Gobierno le sigue dando permisos a desarrolladores como este que tienen varias querellas por lo mismo?”, cuestionó, por su parte, la vecina Susana Rosa Nales.

El grupo hizo un llamado a otros residentes a unirse a sus reclamos y no descartaron consignar el pago de sus hipotecas en los tribunales como medida ante la inacción del banco.

Sí hay emergencia

Raquel Román Hernández, gerente de la Oficina de Asuntos Legales de la Junta de Calidad Ambiental (JCA), dijo tener conocimiento sobre el caso y confirmó que, a base de las visitas que la agencia ha realizado, se determinó sin duda existe una emergencia ambiental que amenaza con la integridad de los recursos naturales de la zona.

Mientras, Román Hernández confirmó la responsabilidad de Doral Bank en el caso.

“El tribunal obligó a Doral a cumplir con la comunidad y ellos empezaron, pero luego demandaron a la JCA porque consideran que estamos presionándolos para que hagan algo en lo que ellos aseguran no tienen responsabilidad”, dijo la licenciada.

Primera Hora intentó comunicaron con directivos de Doral Bank pero los esfuerzos fueron infructuosos.