ADJUNTAS. La crisis abre la puerta para un cambio. Así lo ve la familia Massol Deyá administradores de Casa Pueblo, que continúa a pasos agigantados su iniciativa de repartir bombillas que no necesitan electricidad ni baterías, sino que se recargan con luz solar.

Tras el paso del huracán María, miles de adjunteños y personas de pueblos limítrofes se han beneficiado de la iniciativa de bombillas solares gracias a una red de apoyo que incluye personas solidarias que viven fuera de Puerto Rico.

Hasta el miércoles Casa Pueblo había podido repartir 2,500 bombillas solares principalmente a personas mayores de edad o familias con niños de necesidades especiales, informó Arturo Massol Deyá director asociado de Casa Pueblo. 

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Antes de entregarlas todos los que trabajan en la organización comunitaria toman unos minutos para explicarles a las personas la importancia de no depender de formas de energía que no se renuevan por sí mismas. Lo contrario, es seguir quedando vulnerables ante desastres naturales, dijo el también catedrático de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Mayagüez. 

Ahí reside la clave de la transformación en la mentalidad a corto y mediano plazo a la que apuestan en Casa Pueblo como una alternativa de futuro para que los puertorriqueños sepan que a través de ajustes y cambios como este se puede tener una mejor calidad de vida.

“Todo esto tiene un concepto de educación fuerte. La idea es vivir con la energía renovable y pensar de cara al futuro ¿qué sistema energético nos hace menos vulnerable: el que depende de todos estos cables y del petróleo, además de la huella de cambio climático que también es muy vulnerable o la renovable? Queremos que la gente se haga esa pregunta y lo vea y lo viva”, dijo Massol Deyá.

“Yo diría que hay una gran mayoría que se están dando cuenta de lo maravilloso que es el hermano sol y al ver esta situación dicen: ‘pero si tenemos ahí la fuente (de energía)’. Y hay muchos que dicen que van a cambiar a energía renovable que no quieren estar más con energía eléctrica’”, dijo por su parte Tinti Deyá, cofundadora de Casa Pueblo y madre de Arturo.

¿Dejará de ser solo una utopía?

Sí, yo creo que sí, señaló Massol.

Sin embargo, en el esfuerzo de repartir las bombillas eléctricas sigue teniendo un gran escollo: el transporte.

La organización ha tenido que hacer malabares para dirigir la compra de las bombillas a través de distintas organizaciones que hacen vuelos con ayuda humanitaria desde Estados Unidos. Cuando se logra hacer espacio entre el envío de medicinas y otros artículos de primera necesidad, es que han podido llegar las cajas con las bombillas de energía renovable. 

Massol Deyá explicó que cuando se tratan de adquirir desde acá los distintos modelos de luces solares a través de la empresa Amazon lo primero que se advierte en sus páginas es que no se hacen envíos a Puerto Rico.

“Ha habido presión de gente diciéndole a Amazon que remueva esa restricción. Hay pedido de que se pueda enviar directamente, máxime porque se trata de una emergencia, pero hay mucho más que se puede hacer para aumentar esa presión en este momento”, declaró.

¿Cómo son las bombillas? 

Los distintos modelos que están llegando a través de los envíos tienen paneles fotovoltaicos que se ponen al sol, cargan energía y luego proveen para que una bombilla led ilumine entre cuatro y seis horas. Algunas bombillas pueden incluso servir para cargar algunos teléfonos celulares a través de un cable que se le puede conectar. Además, las cubiertas son de plástico por lo que no representan peligro de cortadura si se caen al suelo como las bombillas tradicionales de cristal. Su precio ronda entre los $9 y $15 y tienen una vida de útil de varios años.

“Ahora que el correo empieza normalizarse la gente puede comprarlas y reenviarlas al apartado de Casa Pueblo y nosotros nos encargamos de Adjuntas. Pero hay gente comprando para enviarnos y también enviarles a sus familiares y eso tiene un efecto multiplicador bien importante. La idea es incentivar a otros a hacer igual y resolverle a los suyos porque si nos quedamos esperando por FEMA… no llegan”, indicó.

Al mismo tiempo han comenzado a trabajar una iniciativa para potabilizar el agua y aprovechar la cantidad de lluvia que ha caído, así como el agua de ríos y manantiales.

Se trata de unidades con capacidad para 250 galones que vienen con un bombeo mecánico para poder llenarlas. Vienen con una cápsula prediseñada para tratar el volumen de agua. También tienen otra bomba y cuatro dispensadores o llaves para distribuir. Esas unidades se gestionaron a través de la adjunteña Isabel Gandía quien vive en Estados Unidos y allá se encarga de la organización ISER Caribe que está ayudando en la respuesta a la Isla tras el paso del huracán.

“Estamos buscando respuestas diferentes a través de la diáspora. No es que nos inventamos las soluciones, ya están y por estar organizados en gestión permanente se pueden canalizar ayudas de autogestión a autogestión. Eso es lo que ha permitido una respuesta sólida, inmediata a pesar de no tener aviones, ni millones de dólares”, expresó Massol Deyá.

La dirección de Casa Pueblo para que hagan llegar bombillas es:

Casa Pueblo, Apartado 704 o Calle Rodulfo González #30, Adjuntas PR 00601.

En la Web: casapueblo.org

FB: Casa Pueblo (comunidad)

Twitter: casapueblooorg