Barceloneta. Curiosa, tal vez, pero nada  simpática quedó la competencia de yunta de bueyes que organizó el gobierno municipal para la denominada tercera Eco Agroferia, que se celebró el pasado fin de semana en el complejo recreativo Villa Georgetti.

Una imagen colgada en la página oficial de Facebook de la alcaldesa Wanda Soler Rosario, en la que se observa a dos bueyes halando una imponente excavadora, causó gran malestar entre los cibernautas, quienes arremetieron contra la ejecutiva municipal por promover la controversial competencia.

Las fotos muestran a diferentes parejas de bueyes arrastrando diversos vehículos pesados, incluida la  mencionada excavadora, un tractor y un carrito podador. Para completar, un montículo de tierra servía como obstáculo para los corpulentos bovinos.

“¡Qué vergüenza! En estos tiempos no hay por qué hacer eso. ¿Para qué? ¿A eso se le llama sano entretenimiento, alcaldesa?”, comentó una ciudadana en una de las fotos publicadas en la  red social.

“Esto es maltrato de animales. Es increíble la ignorancia de nuestro pueblo”, denunció otra usuaria.

De igual forma se expresó otra cibernauta, quien instó al Municipio a crear eventos que promuevan la compasión y el buen trato hacia los animales.

“Mantener la cultura puertorriqueña no incluye el uso y abuso de animales. El uso de bueyes para arrastrar maquinaria pesada para disfrute de un público es abuso. Empecemos tradiciones culturales nuevas que inculquen bondad, compasión y piedad con los animales”, manifestó en una comunicación dirigida a la alcaldesa.

¿Maltrato o no?

A pesar de la respuesta negativa provocada por el evento, el agente Joel Vidot Soto, coordinador de la Ley para el Bienestar y la Protección de los Animales, aclaró que el acto de poner a estos animales a arrastrar una maquinaria pesada, de por sí, no constituye un delito.

“Habría que revisar la condición del animal, si sufrió algún daño físico… porque de lo contrario no hay ningún mecanismo para tratar el caso como uno de maltrato”, señaló.

“La percepción pública es que sí hubo maltrato pero, legalmente, el hecho de poner al animal a halar un objeto pesado no está contemplado como una acción que se define como maltrato”, explicó el agente, al calificar la actividad como inapropiada.

Vidot Soto recordó el caso de los perros pit bull que tomó notoriedad el año pasado.

En ese momento, miles de personas criticaron a los organizadores del evento y hasta el alcalde de Guayama, Eduardo Cintrón Suárez, se “llevó su agüita” por haber permitido una actividad de esa naturaleza en una instalación municipal.

“Hace poco proliferó mucho lo que eran las competencias de ‘weight pulling’ (arrastre de peso) entre perros pit bull, que les ponían un arnés de pecho y los ponían a halar bloques y otras cosas pesadas”, recordó el agente.

“Otro ejemplo son las carreras de caballo, que son completamente legales. Ahora, si un caballo se llegara a lastimar corriendo y el dueño no atiende al animal y no le brinda la asistencia veterinaria necesaria, eso sí se podría considerar como un acto negligente, que es procesable bajo la Ley 154”, sostuvo.