La Oficina del Contralor señaló al municipio de Cayey por “gastos innecesarios” ascendientes a $106,383 para asistir a una fiesta en Chicago, expone el informe de auditoría M-18-27.

Según la investigación, fueron encontrados seis hallazgos entre ellos: órdenes de cambio para la construcción de obras sin celebrar subastas, adjudicar contratos sin fondos suficientes y empleados clasificados como transitorios por periodos que exceden la ley.

El informe, publicado el pasado 7 de mayo, detalla que -del total de los gastos para asistir a la “Fiesta Boricua de Bandera a Bandera” que se celebró del 3 al 7 de septiembre de 2015- $2,040 “correspondían a gastos incurridos por el alcalde por concepto de gastos de viaje, pasajes y estadías”.

Los restantes $104,343 correspondían a gastos por la participación de 136 personas: 7 funcionarios, 19 empleados, 1 entidad sin fines de lucro (99 personas), y 1 agrupación musical (9 personas).

“La situación comentada es contraria a los artículos 2.001(o), 8.001 y 8.005 de la Ley 81-1991, y al Capítulo IV, Sección 7 del Reglamento para la Administración Municipal… [ya que] reduce los recursos para prestar servicios a los residentes del Municipio”, reza el documento.

La causa fue atribuida al alcalde de Cayey, Rolando Ortiz Velázquez, a la Legislatura Municipal y al director de Finanzas porque “en momentos de crisis fiscal, no ejercieron la prudencia al autorizar los gastos incurridos para la participación” de la fiesta, que era dedicada al pueblo cayeyano.

Le piden cuentas al alcalde

El director de Asuntos Públicos del Partido Nuevo Progresista (PNP), Ángel ‘Gary’ Rodríguez, exhortó hoy al alcalde a explicar el beneficio del gasto.

“Esta práctica de muchos alcaldes de ir a paradas con fondos públicos tiene que parar. El alcalde tiene que responder por mal uso del dinero público”, señaló en declaraciones escritas.

Además, Gary Rodríguez comentó que “resulta alarmante que el alcalde Rolando Ortiz gaste $104,000 en un viaje para ir a una fiesta en Chicago en septiembre del 2015. El municipio envió empleados, músicos y pagó a una entidad sin fines de lucro que no es mencionada. ¿Cuál fue el resultado de la fiesta? El despilfarro del dinero del pueblo”.

El informe establece que la propia Ley 81-1991 “define gasto innecesario como todo desembolso por materiales o servicios que no son indispensables o necesarios para que el municipio pueda desempeñar las funciones que por ley se le han encomendado”.

“Ya es hora de parar los gastos en este tipo de fiestas... Estamos pasando por momentos difíciles y se debe hacer el mejor uso de los fondos públicos. Exhorto al alcalde a que restituya sus gastos y así dar el ejemplo, por el bien de la gente humilde del pueblo de Cayey”, pidió.