En respuesta a los recientes asesinatos que les han robado la tranquilidad, los guayameses decidieron que, en vez de dejarles las calles a los criminales, era hora de apoderarse de ellas y eso fue precisamente lo que hicieron ayer.

Cientos de personas participaron en la marcha Paz para Guayama y afirmaron al unísono que no están dispuestas a ceder al miedo que produce la criminalidad. 

Niños Escuchas, grupos de jóvenes, batuteras, escuelas y colegios, iglesias, reinas de carnaval, comerciantes, el Club de Leones y otras instituciones de la ciudad se unieron a la convocatoria que nació en Facebook.

El grupo salió a las 3:00 p.m. desde la plaza pública en dirección a la Academia San Antonio, y llevaron su mensaje a través de camisas, pancartas y música. 

“Esto va dirigido a que el pueblo de Guayama se levante, retome sus calles, dé un grito de que basta de criminalidad, que las familias puedan sentirse en paz y tranquilas en las calles, y que la población señale a estas personas que dañan nuestro diario vivir en Guayama”, señaló Samuel Saldaña, organizador de la marcha.

Saldaña, quien se desempeña como coordinador del Centro de Ayuda al Menesteroso, dijo que hay guerra entre grupos de narcotraficantes en el pueblo, pero que los residentes pueden colaborar identificando a los autores de hechos violentos y dando información a la Policía. Y apoderarse de los espacios es esencial, destacó.

En lo que va de 2017, se han reportado cuatro asesinatos en el pueblo de Guayama y nueve en la región policiaca.

“Estamos pasando un tiempito muy difícil, ha habido muchas muertes consecutivas de jóvenes. Siempre ha habido su guerrilla en los residenciales públicos y en barrios que les decimos calientes, pero ahora es Costa Azul, Olimpo, en las calles de carro a carro. Es bien alarmante. Uno no sabe si salir de día o de noche”, compartió Bárbara Suazo Vega, de 36 años.

No obstante, la madre de dos hijos adolescentes decidió levantarse porque “Guayama es nuestro y la criminalidad no puede apoderarse de nosotros”.

Víctimas de la violencia también se unieron a la marcha, como Rafael Granel, un comerciante cuyo hijo de 17 años fue asesinado el 23 de junio de 2012. 

“Participo porque hace cuatro años y medio perdí un hijo por culpa de la violencia en Guayama y porque siempre he vivido en un pueblo tranquilo, pero que en los últimos años la criminalidad y la violencia ha subido de forma impresionante. Y estamos aquí para crear conciencia de que queremos paz para nuestro pueblo”, indicó.

Muchos jóvenes dijeron presente, entre ellos el colectivo cristiano Generación Profética.

“Hemos sido impactados porque aunque no seamos familiares de los jóvenes asesinados residimos en una misma ciudad y eso nos afecta. Como jóvenes cristianos debemos declarar que hay otras cosas que hacer, que esa no es la manera de vivir, que esta es una ciudad de paz y que somos agentes de cambio”, dijo Raiza Ramos.