Tras más de tres décadas sin un servicio tan esencial como el agua potable, finalmente cientos de familias que residen en el sector Villa Hills del barrio San Isidro, de Canóvanas, podrán abrir el grifo sin la preocupación de un riesgo de contaminación salubrista.

La emoción fue evidente entre los vecinos que celebraron ayer la conclusión de la primera fase de un proyecto de acueducto comunitario. Se trata de una gestión que impulsó desde 2013 el representante del Distrito 38, Javier Aponte Dalmau, quien dijo haber quedado impactado hace cuatro años por las condiciones de “extrema pobreza y desesperanza” en las que vivían los residentes del lugar donde el nivel de escolaridad es bajo. 

“No tienen agua potable. Las tomas de energía eléctrica y demás utilidades son ilegales, no necesariamente porque quieran, sino porque no existía manera de poder legalizarlas. En pleno siglo 21, no es justo que ningún puertorriqueño viva así”, indicó el legislador durante una conferencia de prensa en la que los ciudadanos festejaron hasta con lágrimas el chorro que salió tras abrir la llave de paso que brindará el servicio de agua potable al sector.

Aponte Dalmau destacó que la primera fase del proyecto beneficiará a 245 residentes de las más de 900 familias que viven en el lugar. Dijo que la inversión inicial es de $310,000. Agradeció que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) donara 30,000 pies lineales de tubería y $50,000 de clorinación de agua y pruebas de presión. Dijo, además, que fueron voluntarios del Grupo 500 de Ingeniería del Comando Estatal de la Guardia Nacional los que llevaron a cabo la instalación de toda la tubería requerida. 

Aponte Dalmau explicó que la ayuda surgió gracias a la iniciativa denominada Renacer Comunitario y Autogestión (ReCoA). Este proyecto se estableció con el fin de identificar las oportunidades de desarrollo socioeconómico en la región y atender un grave problema de inundabilidad de la zona. Esta última situación a su vez entorpece la gestión de que los vecinos obtengan un título de propiedad, asunto que se tratará en fases posteriores del proyecto.

De otra parte, Janet Lozada, presidenta de la Junta de Residentes de Valle Hills, habló conmocionada sobre la instalación de servicio de agua y alentó a su comunidad a continuar el empoderamiento, pues “este es el primero de muchos proyectos buenos que vienen en el futuro”.

“Aquí a mí no me mueven los colores (políticos), sino la necesidad de ver mejor a mi comunidad. Y este súeter anaranjado signifca sacrificio y voluntad de querer ver a nuestra comunidad echar pa’ lante y que no sigamos siendo marginados”, dijo Lozada, quien invitó a la alcaldesa Lornna Soto (presente en la actividad) a unirse a los esfuerzos colaborativos.

Como parte del plan se acordó una tarifa fija para los primeros consumidores del servicio. Eventualmente los demás que se conecten a la infraestructura de la AAA efectuarán sus pagos a la corporación pública a través de un acuerdo con la junta de residentes.