Reconstruyen los techos de las casitas, hacen letrinas, hincan pozos, se enfocan en la salud y en la educación, pero sobre todo dan mucho amor.

Son los frailes capuchinos que atienden en Beraud, Abacou, Corail y Puerto Príncipe a los necesitados en el vecino pueblo de Haití, y de donde vino hace poco el fraile franciscano capuchino, el boricua Elmig M. Soto Negrón.

Hasta la región de Abacou llegó el religioso que acepta que quizás se ha dejado de hablar tanto de Haití como cuando en octubre pasado el poderoso huracán Matthew destrozó zonas del país. Sin embargo, la necesidad es la orden del día.

“Aquí en Puerto Rico, nosotros en la Asociación Misionera Capuchina contamos con la colaboración 

de los feligreses de las distintas parroquias que administran los frailes capuchinos para ayudar a nuestros 

hermanos. Hacen llegar donaciones que, a su vez, fueron enviadas hasta el paupérrimo país”, sostiene Soto Negrón.

Explicó que los frailes, que antes del huracán habían reconstruido iglesias, capillas y viviendas tras el terremoto del 2010, vuelven a trabajar sobre estas estructuras.

En Abacou, por ejemplo, están reparando las planchas y las baterías que dan electricidad mediante energía solar; los techos de las casitas que le colocan zinc, “pero uno de los mayores problemas es el sistema sanitario”. Han hecho 34 letrinas en la zona. 

En cuanto a los pozos de agua, cada uno sale en $3,000. 

En la mayoría de esos lugares no hay sistema de acueducto ni servicio de electricidad.

Otras de las estructuras que más se afectaron en el área, y donde continúan los trabajos de reparación, es el dispensario donde ofrecen servicios gratuitos de salud. Este es atendido por una comunidad de religiosas de Brasil.  

Mientras tanto, los enfermos son recibidos en una oficina de la parroquia, aledaña al lugar.

Sin embargo, lo que más llenó de alegría al religioso boricua fue la cara de felicidad de los necesitados cuando hace varias semanas lograron repartirles alrededor de 800 compras. Incluso, fueron a un lugar donde, desde el huracán, nadie había provisto ayuda.

Las compras fueron producto de las manos de cientos de feligreses que hicieron llegar sus donaciones a iglesias en todo Puerto Rico y que, finalmente, se recogieron en Utuado, donde la organización Alma Misionera en Acción, junto a decenas de voluntarios, prepararon un furgón para llevarlo hasta allá.

Fue así que fray Soto Negrón logró ir a Haití a ayudar. 

Acepta que el proceso de llevar el furgón es largo y costoso, pero con la ayuda de todos, lograron cumplir con sus metas.

“Es una misión bellísima. Hay muchos religiosos y religiosas de otras comunidades que todos los días aportan para hacer sonreír a un hermano en Haití”, dijo Soto Negrón.

Pero, todavía hace falta mucha ayuda.

Por eso, Alma Misionera en Acción y los frailes capuchinos quieren llevar otro furgón. 

“Necesitamos salchichas, jamonilla, corned beef, habichuelas en grano, arroz, leche en polvo, aceite, atún, salmón y sardinas”, compartió, quien también está en necesidad de voluntarios.

“Si usted está retirado o quiere hacer alguna obra, puede viajar hasta Haití. Aunque el idioma es el creol, los frailes traducen”, indicó al mencionar que son bienvenidas todas las profesiones, incluyendo médicos, enfermeras, trabajadores sociales y dentistas.

También le hizo un llamado a los jóvenes que están decidiendo qué hacer en un futuro para que se den la oportunidad y descubran en el servicio cuál es su verdadera vocación.

Para saber a dónde puede llevar su ayuda, llame a Alma Misionera en Acción y pida hablar con Taty Andújar al 787-635-3960. Mientras que a fray Elmig lo consigue en el 787-565-3947.