Coamo. En momentos en que algunos piensan que la agricultura en Puerto Rico están en decadencia y que no hay manos para trabajarla, un grupo de mujeres del residencial Las Palmas se dió a la tarea de dejar a un lado los estigmas negativos del caserío y demostrar a todos que se puede trabajar la tierra cuando hay esmero y dedicación.

Las ocho mujeres y varios niños son parte de una iniciativa presentada al alcalde Juan Carlos García Padilla y a la Administración de Vivienda Pública en la que lograron la construcción de un ranchón en el que cultivan, mediante el proceso de hidropónico, lechugas, cilantro, pimientos y tomates.

Eduardo Arroyo, un agricultor coameño explicó que la misma Junta de Residentes presentó su interés de buscar alternativas tanto para salir del ocio como para aprender y al mismo tiempo obtener unas ganancias.

“Se lo presentaron al alcalde y a Vivienda y de inmediato comenzamos con el proyecto”, dijo Arroyo, quien les ha ensenado a las participantes las técnicas básicas del proceso de hidropónico, destrezas que manejan casi a la perfección.

“Algunas cuando llegaron no sabían nada, las llevamos a otros cultivos y ya saben mucho sobre agricultura moderna”, mencionó Arroyo.

Para la ama de casa Lydia Malavé la experiencia ha sido maravillosa y asegura que ya se siente toda una experta identificando plagas y enfermedades en las cosechas.

“Queremos crear conciencia de que nada es imposible y al mismo tiempo dejarle a nuestros hijos una herramienta para su sustento”, dijo.

Sobre el escepticismo de algunos de sus vecinos, esta dijo que les están explicando en qué consiste el proyecto para formarles una opinión positiva e invitarlos a que se unan.

Igualmente, la residente Marilyn Santiago agradeció la oportunidad y reiteró su compromiso para que la finca de su residencial aumente.

“Lo hacemos por nuestros hijos y para sacarlos de las calles”, dijo la mujer, quien también participa en eventos para educar a los niños de Las Palmas.

Otra vecina que está entusiasmada con el proyecto es Mercedes Malavé, quien mencionó que se comerán con gusto su primera ensalada.

“Yo salí de fritolera a lechuguera”, comentó la mujer entre risas.

Por otro lado, el alcalde explicó que la iniciativa surge de la necesidad de la gente de reinventarse.

“Queremos usar los espacios disponibles en una industria donde hay una necesidad”, dijo el primer ejecutivo municipal.

Asimismo, confirmó que están en conversaciones con agricultores para continuar el ciclo de producción e igualmente con empresas que tengan interés en adquirir los productos cosechados en el Pueblo de San Blas.

El complejo de vivienda pública es uno de los tres administrados por el municipio y es el pionero en Puerto Rico en dedicar parte de sus terrenos al desarrollo de la agricultura.

La gerente de área, Alba Santiago, sostuvo que la Administración de Vivienda Pública asignó $104 mil para la construcción de ranchones en los tres residenciales, incluyendo Coamo Housing y el Edén.

Estos últimos están en el proceso de tomar medidas para la construcción y educar a los residentes.

“La primera cosecha es para los mismos residentes, luego esperamos poder venderla”, añadió Santiago, quien indicó que la Junta se sostendrá sola abriendo una cuenta para generar fondos que se utilizarán para la compra de materiales y equipos.

Entre los planes futuros de los residentes está sembrar plátanos, ajíes y recao, para más adelante tener su propio sofrito, bajo la marca ‘El Caserío’.