Al menos dos personas murieron y más de cien resultaron heridas el jueves en el centro de Filipinas tras un fuerte terremoto poco profundo, que dejó algunas zonas sin suministro eléctrico e hizo que los residentes salieran asustados de sus hogares, según las autoridades. 

El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó en 6,5 la magnitud del temblor, registrado a unos 6,5 kilómetros (4 millas) de profundidad cerca de Masarayao, en la provincia de Leyte. 

Los sismólogos filipinos midieron la profundidad a sólo dos kilómetros (1.2 millas) y dijeron que se sentía más fuerte en los pueblos de Kananga y Jaro de Leyte. 

Los terremotos poco profundos suelen causar más daños en la superficie. 

Una persona falleció, otras 20 resultaron heridas y seis quedaron atrapadas al derrumbarse un edificio en la localidad agrícola de Kananga, en la zona montañosa de Leyte, dijo el vicealcalde Elmer Codilla, quien más tarde informó a The Associated Press que habían rescatado a los que quedaron atrapados. 

“Puedo ver que algunos niños están pálidos y débiles pero los demás están bien”, dijo Codilla. Anteriormente informó que habían rescatado a un niño que estaba lastimado pero vivo. 

El edificio tenía un supermercado, una tienda de herramientas y un salón de belleza en la planta baja y una casa de huéspedes en el primer piso. 

El alcalde Richard Gomez de la ciudad de Ormoc, que se encuentra a 30 kilómetros (17 millas) de Kananga dijo a la emisora DZMM que había una persona muerta y más de cien heridos. 

El suministro de energía eléctrica se cortó de forma automática por el temblor y el aeropuerto fue cerrado por una grieta en la pista. 

El terremoto se produjo en una región que fue devastada en noviembre de 2013 por el tifón Haiyan, el cual alzó enormes olas que dejaron a más de 7.300 personas muertas o desaparecidas, también arrasó con pueblos enteros y desplazó a 5 millones de residentes. 

Filipinas se encuentra en el “Anillo de fuego” del Pacífico, una zona en la que los terremotos y los volcanes son habituales. En 1990 murieron casi 2.000 personas en un terremoto de magnitud 7,7 en el norte del país.