Al menos siete personas murieron el miércoles debido al tifón Rammasun, que dejó sin electricidad muchas zonas pero no golpeó directamente a la capital filipina, Manila, ni a las populosas provincias del norte, según las autoridades, al cambiar ligeramente de rumbo.

Sin embargo, los vientos de 93 mph y ráfagas de hasta 115 mph, derribaron árboles y postes de energía eléctrica, además de arrancar tejados en la capital de 12 millones de habitantes, donde las oficinas de gobierno y escuelas fueron cerradas. Más de 370,000 personas evacuaron las localidades amenazadas para esperar en refugios de emergencia en seis provincias.

En un poblado de chozas al borde de la bahía de Manila, cientos de personas huyeron cuando los fuertes vientos arrancaron los tejados de hojalata de sus cabañas. La mayoría estaba empapada por la lluvia antes de llegar a un centro de evacuación con ayuda de bomberos y rescatistas.

El alcalde de Manila, Joseph Estrada, dijo estar aliviado de que no hubiera muertes en la ciudad, aunque el tifón derribó árboles y dañó los poblados pobres de la costa, forzando a más de 1,000 personas a evacuar.

"Fue como un simulacro", dijo. "Sacamos a la gente de las zonas peligrosas en la costa, quisieran o no".

En la provincia de Samar Norte, una mujer murió

Una mujer perdió la vida al golpearla un poste de luz que se vino abajo en Samar del Norte y dos hombres murieron aplastados por árboles derribados en incidentes separados en otras dos provincias. En la ciudad de Lucena, en el sudeste, tres miembros de una familia murieron cuando una pared se derrumbó sobre ellos, y un niño de 11 meses falleció aplastado por una pared en una vivienda de Cavite, cerca de la capital, según las autoridades.

Tres pescadores estaban desaparecidos en Catanduanes, cerca de la provincia de Albay, donde Rammasun tocó tierra el martes por la noche.

No había datos inmediatos de daños en las comunidades que habían perdido el servicio eléctrico y de teléfono, afectadas por el viento y la lluvia.

Rammasun, el nombre tailandés para el dios del trueno, es la séptima tormenta que golpea Filipinas este año. Unos 20 tifones y tormentas afectan al archipiélago del este del Pacífico cada año, convirtiéndolo en uno de los países más propensos al desastre del mundo.