El grupo ecologista WWF pidió hoy a los Estados miembros de la UE que "se tomen en serio" el nuevo reglamento comunitario destinado a reforzar el control del comercio ilegal de madera, ya que a su juicio "no está claro" que los países hayan tomado las medidas necesarias para garantizar su aplicación.

La normativa, que entra en vigor hoy, contempla una serie de prohibiciones que pretenden resolver el problema de la tala ilegal en todo el mundo y paliar así su impacto económico, ambiental y social.

El reglamento obliga a los operadores que importen o produzcan madera a identificar el país de procedencia de la materia prima y verificar su legalidad.

En un comunicado, WWF destacó que se trata de la primera normativa de este tipo, y señaló que pese a que su aplicación se ha preparado durante dos años, "no está claro qué países han introducido las medidas necesarias a tiempo, incluidas las multas y sanciones en caso de incumplimiento".

A juicio de esta organización, "está por ver si la ley se aplicará de forma equitativa en toda la UE, ya que algunos países prevén sanciones penales en caso de incumplimiento y otros sólo pondrán multas".

Por ello, WWF pidió a los países "que se tomen en serio" la normativa, lo que supone "introducir sanciones efectivas y un sistema de inspección que funcione".

En particular, señala la necesidad de designar agencias nacionales competentes para supervisar la aplicación de la ley, "con suficiente personal y financiación para garantizar controles anuales" en la industria de la madera.

La tala ilegal supone una grave amenaza medioambiental porque contribuye al proceso de deforestación y de degradación de los bosques, responsable de aproximadamente el 20 % de las emisiones mundiales de CO2, según datos de la Comisión Europea.

Bruselas ha impulsado la nueva normativa con la intención de contribuir a la lucha global contra esta práctica, cuyo control se ve dificultado por el actual sistema de demanda mundial de madera y productos derivados, junto con las deficiencias institucionales y de gobernanza del sector forestal en algunos países productores.

Países como EEUU o Australia ya han puesto en marcha normativas similares a la de la UE para eliminar la tala ilegal y el comercio asociado a esta práctica y contribuir de este modo a mitigar el cambio climático.