American Airlines prometió operar casi de manera normal el miércoles, buena noticia para decenas de miles de pasajeros que quedaron varados debido a una enorme falla tecnológica en la tercera aerolínea más grande de Estados Unidos.

Ayer, American Eagle, compañía hermana de AA, canceló unos 1.000 vuelos y demoró al menos otros 1.100, según el servicio de rastreo de vuelos FlightAware.com.

Eso significa que Eagle y AA cancelaron o demoraron casi dos terceras partes de sus vuelos programados después de perder acceso a un sistema de cómputo que es utilizado para todo, desde la emisión de pases de abordar hasta la determinación de cuánto combustible cargar a un avión.

Fue una pesadilla de relaciones públicas para American Airlines, empresa que se prepara para fusionarse con US Airways y convertirse en la línea aérea más grande del mundo. Los pasajeros recurrieron a las redes sociales para criticar a la aerolínea, que lo único que pudo hacer fue disculparse durante horas y decir que trataba de solucionar el problema.

American emitió un video con una disculpa del director general Tom Horton que suministró la explicación más detallada del incidente.

"Como pueden imaginar, tenemos redundancias en nuestro sistema", dice Horton, de pie frente a empleados y pantallas de computadoras en el centro de control de la aerolínea en Texas, "pero lamentablemente en este caso tuvimos un problema de programación que impactó tanto nuestro sistema primario como el de respaldo".

El hombre que encabezará American dentro de unos meses, el director general de US Airways Doug Parker, había dicho que prefería adaptar sus aviones y empleados al sistema de computadoras de American en vez de a la inversa. US Airways no quiso formular declaraciones sobre el incidente del martes de American ni dijo si Parker había cambiado de opinión.

La falla en la red de computadoras empezó a demorar las operaciones a media mañana. Poco después la Administración Federal de Aviación dispuso detener los vuelos de American Airlines en todo el país.

Los vuelos que ya estaban en el aire fueron autorizados a seguir a sus destinos, pero los que estaban en tierra no pudieron despegar. Y los viajeros tuvieron que resignarse a esperar que se restableciera el sistema de computación.

Bien avanzada la tarde, American reanudó los vuelos internacionales y los que partían de sus principales aeropuertos. Se esforzó durante la noche a fin de tener listos aviones y tripulaciones para el miércoles por la mañana.