Un avión de guerra ruso se estrelló el jueves frente a la costa de Siria pero no fue atacado sino que al parecer uno de sus motores aspiró un pájaro, informó el Ministerio de Defensa de Rusia. 

La aeronave, una Su-30, se accidentó mientras tomaba altura tras despegar de la base aérea rusa en Hemimim, Siria, explicó la agencia de noticias estatal Tass, citando al ministerio. Desde 2015, Rusia realiza bombardeos para apoyar a las fuerzas del presidente sirio Bashar Assad en la guerra civil. 

En marzo, un avión militar de carga de Rusia se estrelló cuando se disponía a aterrizar en Hemimim y murieron las 39 personas a bordo. En ese entonces las fuerzas armadas atribuyeron el siniestro a un problema técnico e insistieron en que el aparato no fue derribado. 

Rusia usa en alquiler la base aérea de Hemimim, ubicada sobre la costa del Mediterráneo. 

En la capital, Damasco, las fuerzas sirias conquistaron más zonas que estaban en poder del grupo Estado Islámico, con un operativo militar en que partieron en dos la zona controlada por los extremistas. 

La agencia noticiosa oficial siria dijo que las fuerzas separaron el sector que abarca al campamento de refugiados palestinos de Yarmuk, del vecindario Hajar al-Aswad más al sur. 

Yarmuk y Hajar al-Aswad son las únicas dos zonas que restan para que el gobierno recupere el dominio total de Damasco. 

Las fuerzas sirias emprendieron hace dos semanas una ofensiva militar de grandes proporciones para retomar el área, cobijadas por ataques aéreos. Los combates han desplazado a miles de refugiados palestinos y a otros habitantes de las zonas aledañas. 

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización que monitorea el conflicto desde Gran Bretaña, dijo que desde que comenzó la ofensiva el 19 de abril, han muerto 112 soldados sirios y milicianos aliados suyos, así como 91 miembros del EI. Además, agrega, decenas de civiles han perdido la vida. 

Cerca de Hajar al-Aswad, se realizaban preparativos para evacuar a miles de combatientes rebeldes de tres suburbios del sur, tras un acuerdo forjado la semana pasada para la entrega de la zona a fuerzas oficialistas. 

La televisora estatal dijo que los autobuses empezaron a entrar en los suburbios de Babila, Beit Sahem y Yalda para evacuar a unos 5,000 combatientes y sus familias y quienes deciden quedarse podrán acogerse a una amnistía.