El capitán del crucero de lujo Costa Concordia fue sentenciado el miércoles a 16 años y un mes de cárcel al ser declarado culpable de homicidio imprudencial por el naufragio que cobró 32 vidas y por abandonar la embarcación mientras varios pasajeros y tripulación seguían a bordo.

El castigo para Francesco Schettino fue 10 años menor al que buscaba la fiscalía, que le dijo a la corte que el capitán del Concordia era un "idiota imprudente".

El panel de tres jueces dictó 10 años de sentencia por 32 cargos de homicidio imprudencial, cinco años por provocar el accidente del 13 de enero de 2012, cuando la embarcación se estrelló contra un arrecife cerca de la isla de Giglio, y un año por abandonar el barco mientras muchos de los 4,200 pasajeros y tripulantes seguían a bordo durante la lenta y caótica evacuación.

La corte agregó un mes de sentencia luego de que Schettino restara gravedad al asunto durante su comunicación con las autoridades marítimas.

Schettino no estaba presente en el tribunal cuando el juez Giovanni Puliatti leyó el veredicto, y la ley italiana le otorga ese derecho.

Su abogado, Domenico Pepe, expresó satisfacción de que la corte lo sentenció a 10 años menos de lo buscando por la fiscalía, pero señaló que "16 años son muchos". Pepe señaló que apelará la decisión. Sus abogados comentaron que no han tenido comunicación con el acusado.

En el tribunal, el ex capitán le dijo a la corte que estaba siendo "sacrificado" para salvaguardar los intereses económicos de sus empleadores y sollozó inmediatamente antes de que el panel comenzara su deliberación.

Schettino dijo que el veredicto "debió involucrar a toda una organización y en lugar de eso soy el único acusado".

"Mi cabella fue sacrificada para servir a intereses económicos", comentó el marino napolitano de 54 años, incapaz de terminar con su declaración.

La corte, que también le prohibió operar una embarcación con el cargo de capitán durante cinco años, rechazó la solitud de la fiscalía de que Schettino sea arrestado de inmediato, señalando que había participado en el juicio y no existía amenaza de fuga. En Italia, los acusados tienen dos niveles de apelación y la sentencia no comienza hasta que concluyan dichas apelaciones.

Testimonios rendidos durante el juicio apuntan a errores de otros miembros de la tripulación y fallas de equipo luego de que el Concordia se impactara contra el arrecife cuando Schettino lo condujo cerca de la isla de Giglio, mientras los pasajeros cenaban.

El arrecife abrió un corte en el casco, la embarcación hizo agua y el Concordia escoró marcadamente, para finalmente quedar de costado a las afueras del puerto de Giglio. Las autopsias determinaron que las víctimas se ahogaron a bordo del barco o en el mar tras caerse o brincar del bardo durante una evacuación lenta y caótica.