BUCAREST, Rumanía. Millones de cristianos ortodoxos de todo el mundo celebraron la Pascua el domingo con misas nocturnas y el "fuego santo" de Jerusalén, conmemorando el día en que los fieles creen que resucitó Jesucristo hace más de 2,000 años.

Este año, las Iglesias ortodoxas celebran la Pascua en el mismo día que católicos y protestantes. Los cristianos occidentales siguen el calendario gregoriano mientras que los ortodoxos del este emplean el juliano, que es más antiguo. Normalmente celebran la Pascua con semanas de diferencia.

En Rumanía, de mayoría ortodoxa, el patriarca Daniel pidió a los cristianos que lleven alegría a los "huérfanos, enfermos, a los ancianos, a los pobres... y a los que están solos".

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El sábado por la noche, sacerdotes ortodoxos transportaron el fuego santo desde Jerusalén en avión para llevarlo a iglesias en todo el país. Según la tradición, la llama aparece cada año en el Santo Sepulcro en Jerusalén y se lleva hasta otras naciones ortodoxas.

En Rusia, un país de tradición ortodoxa, el presidente, Vladimir Putin, el primer ministro, Dmitry Medvedev, y su esposa Svetlana asistieron a la misa de medianoche en la catedral del Cristo Salvador de Moscú.

El templo es un potente símbolo del resurgimiento del cristianismo en Rusia tras la caída de la Unión Soviética, oficialmente atea. Es una reconstrucción de la catedral que quedó destruida por una explosión durante la dictadura de Josef Stalin.

La ortodoxa es la religión mayoritaria en Grecia, Serbia, Rumanía, Bulgaria, Ucrania y Moldavia.

Desde Vaticano

Mientras tanto, en un improvisada homilía por el Domingo de Pascua, el papa Francisco animó a los fieles a mantenerse firmes en la fe con sus "corazones temerosos" a pesar de todas las guerras, enfermedades y odio en el mundo, reconociendo que muchos se preguntan dónde está dios entre tanta maldad y sufrimiento.

Decenas de miles de fieles desafiaron las fuertes medidas de seguridad y a un breve aguacero para conseguir un lugar en la plaza de San Pedro para la misa del Domingo de Pascua oficiada por el pontífice en las escaleras de la basílica de San Pedro.

Tradicionalmente, la misa de Pascua no incluye la homilía del papa, que se reserva sus reflexiones para la bendición "Urbi et Orbi", un mensaje solemne "a la ciudad y al mundo" que se ofrece a mediodía desde el balcón central del templo.

Pero Francisco rompió la tradición con un improvisado discurso para tratar de responder a lo que describió como una inquietante duda para muchos fieles: Por qué hay tantas tragedias y guerras en el mundo si Jesús resucitó de entre los muertos, una creencia que los cristianos celebran cada Pascua.

"La Iglesia no deja de decir, ante nuestras derrotas, a nuestros corazones cerrados y temerosos 'paren, el Señor ha resucitado'. Pero si el señor ha resucitado, ¿cómo pasan estas cosas?", dijo citando accidentes, enfermedades, tráfico de personas, venganzas y odio, entre otras formas de sufrimiento.

"Nadie nos pregunta: 'Pero, ¿están contentos con todo lo que está pasando en el mundo?' ¿Están dispuestos a seguir adelante" cargando una cruz como hizo Jesús?, preguntó Francisco a los fieles.

La Pascua "no es una fiesta con muchas flores", prosiguió el pontífice argentino señalando a los jacintos, tulipanes y narcisos, además de ramos de rosas rosas, que decoraban las escaleras que llevan a la basílica.

"Esto es bonito, pero no se trata de esto, es más que esto", agregó describiendo el día como una ocasión para reflexionar sobre los misterios de la fe.

Francis dijo que la Pascua brinda "una señal en medio de tantas calamidades: una sensación de mirar más allá, de decir no mire al muro, hay un horizonte, hay vida, hay alegría".