Al menos un millar de creyentes de distintas religiones oraron hoy arrodillados frente a la alcaldía de Cartagena de Indias en protesta contra una decisión judicial que ordenó suspender los rezos en actos oficiales de las entidades públicas de la ciudad.

La multitud, que en su mayoría vestía camisetas blancas, llenó la Plaza de la Aduana, en el centro histórico de la ciudad, donde exhibieron pancartas con frases como "Cartagena es de Cristo" o "Dios demanda que hay que orar sin cesar".

El pasado 10 de mayo el Juez Décimo Primero Administrativo Oral, Alejandro Bonilla Aldana, ordenó suspender la oración al inicio de las sesiones plenarias del Concejo Municipal y en los actos de entidades públicas, lo que incluye escuelas y colegios.

La decisión pretende tumbar el Acuerdo 05 de 2007 que ordena que se establezca como orientación fundamental para la recuperación de los principios religiosos en la ciudad la práctica de la oración al inicio de todas las actividades diarias en las entidades de gobierno local.

El abogado Héctor Pérez, miembro de la comunidad cristiana La Unción, manifestó a Efe que los creyentes de Cartagena se reunieron para hacer "un plantón o arrodillatón como protesta por la medida de suspender la oración en los colegios, escuelas y entidades públicas y privadas de Cartagena".

"La Constitución Política de Colombia invoca la protección de Dios", dijo Pérez, quien añadió "Colombia es un país que tradicional e históricamente es creyente".

"No pueden las minorías imponernos sus no creencias, esto no puede ser una tiranía de las minorías contra las mayorías; esto es un ataque que viene desde hace rato contra los creyentes", agregó.

Según Pérez, "recientemente hubo una demanda que pretendía que del escudo de la Policía Nacional, que tiene el lema 'Dios y Patria', se quitara el nombre de Dios, pero el Consejo de Estado no acogió los argumentos y falló en contra de esa propuesta".

En su opinión, todo obedece a "una estrategia que está montada a nivel nacional" contra la religión y contra la cual se levantarán "todos los creyentes".

Por su parte, el pastor de la comunidad cristiana El Faro, Alejandro Ariza, indicó que la medida le parece injusta "porque la oración cambia vidas".

"Si oramos y la familia se convierte habrá menos delincuencia y menos asesinatos en la ciudad", manifestó.