Los miembros de la minoría cristiana de la localidad iraquí de Bajdida pudieron celebrar por primera vez en dos años el Domingo de Ramos, tras regresar a territorios que estaban controlados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Cientos de fieles se reunieron dentro de la iglesia de la Inmaculada Concepción para asistir a una misa, previa a la procesión que conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén.

"Gracias a Dios, estamos volviendo a nuestros pueblos e iglesias después de dos años", contó el sacerdote iraquí Abu Naimat Anay.

En las paredes del templo, el más grande de Iraq, todavía podían verse las inscripciones hechas por los yihadistas.

En Bajdida, conocida también bajo el nombre de Hamdaniya o Qaraqosh, vivían unos 50.000 cristianos antes de la llegada del Estado Islámico en agosto de 2014. Esta era la mayor comunidad de todo el país.

La localidad fue liberada por las fuerzas iraquíes a final del año pasado, como parte de la ofensiva para recuperar Mosul, pero el temor se palpa y la zona permanece mayoritariamente desocupada.

Sin embargo, la celebración también adquirió un gusto amargo, ya que coincidió con el ataque a dos iglesias coptas en Egipto, que dejaron un balance de al menos 43 muertos.

"Los cristianos son perseguidos, pero sin importar cuanto nos ataquen, nuestra fe en Dios es grande y nos vamos a quedar aquí porque no somos forasteros, somos los dueños de esta tierra", dijo el arzobispo de Mosul, Yohann Petros Muche.