El canciller cubano Bruno Rodríguez rechazó el lunes la nueva política del mandatario estadounidense Donald Trump hacia la isla y advirtió que su país no negociará bajo presión. 

“Cuba no realizará concesiones inherentes a su soberanía... como no lo ha hecho jamás a lo largo de su revolución”, dijo el funcionario durante una conferencia en Viena que fue transmitida en vivo por la televisión cubana. 

“Jamás negociaremos bajo presión o amenaza”, agregó Rodríguez al referirse a los anuncios de Trump sobre las restricciones a los viajes de norteamericanos y el comercio con la isla que habían sido flexibilizados por su predecesor Barack Obama. 

Además aseguró que el gobierno no entregará a un grupo ciudadanos estadounidenses asilados en la isla desde hace décadas y que Washington reclamó en varias ocasiones, al tiempo que los consideró luchadores sociales. 

Entre ellos se encuentra Joanne Chesimard, conocida como Assata Shakur y miembro del Partido de los Panteras Negras, acusada de la muerte de un policía en los años 70 y que luego de escapar se refugió en Cuba. 

“Estas personas no serán retornadas a los Estados Unidos que carece de base legal, política y moral para reclamarlas”, manifestó el ministro. 

Rodeado de exiliados cubanoamericanos de línea dura, algunos de los cuales tienen antecedentes por acciones violentas contra Cuba o salieron del país tras el triunfo de la revolución en 1959 por estar vinculados con la represión de la dictadura de Fulgencio Batista, el presidente Trump dio a conocer el viernes un paquete de medidas que retrocede en el deshielo iniciado por su predecesor. 

Durante su discurso en Miami, Trump explicó que restringirá los viajes de estadounidenses a Cuba y limitará cualquier intercambio comercial de estos o empresas de su país con firmas bajo la administración de las fuerzas armadas. 

Los nuevos lineamientos de Trump no tocaron aspectos cruciales de los cambios dispuestos por Obama desde 2014 como el funcionamiento de las embajadas en Washington y La Habana y la continuidad de los servicios de cruceros y aerolíneas estadounidenses a Cuba. 

El deshielo iniciado por Raúl Castro y Obama se basó en directivas ejecutivas del mandatario norteamericano y no logró eliminar el embargo estadounidense impuesto sobre Cuba para presionar un cambio de modelo en la isla y que depende de leyes del Congreso. 

En su dura comparecencia del viernes Trump justificó su revisión de la política hacia Cuba argumentando que así logrará el derrocamiento del gobierno comunista y fomentará mayores libertades civiles en la isla. 

“El gobierno de Estados Unidos no tiene autoridad moral, no puede dar lecciones sobre derechos humanos ni sobre democracia”, manifestó el canciller quien recordó los problemas de racismo, la segregación de minorías o la falta de cobertura de salud del país norteamericano. “Cuba tiene mucho que mostrar y opinar al respecto”. 

Y aunque reiteró la “voluntad de Cuba de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo y de negociar los asuntos bilaterales pendientes”, Rodríguez descartó que esto implique concesiones políticas. 

“Nuestro pueblo ha pasado ya por todo, ha corrido todos los riesgos. ¿Con qué podrían amenazarnos hoy que no hayan hecho ya antes y fracasado?”, espetó el canciller.