Japón.- Dos potentes terremotos remecieron el suroeste de Japón con apenas un día de diferencia, causando al menos 32 muertos y 1.500 heridos, mientras miles de soldados y otros equipos de emergencias apuraban el sábado las operaciones de rescate para salvar a las decenas de residentes atrapados bajo los escombros antes de que empeore el tiempo.

El número exacto de víctimas sigue sin estar claro. Según la previsión meteorológica, las lluvias comenzarán a caer pronto sobre la zona, amenazando con complicar las labores de rescate y con provocar más deslaves en localidades rurales aisladas, donde la gente espera a ser rescatada en sus casas derribadas.

El funcionario de la prefectura de Kumamoto Tomoyuki Tanaka dijo que el número de fallecidos va en aumento, con al menos 22 muertos en el sismo de magnitud 7,3 que sacudió la región, en el suroeste de la isla de Kyushu a la 1:25 de la madrugada. El jueves por la noche, un temblor de 6,5 dejó 10 puertos en Kyushu.

El número de heridos en los dos terremotos asciende a 1.500 personas, de las cuales 80 están en estado grave, dijo el secretario del gobierno nipón, Yoshihide Suga. Además, casi 70.000 personas abandonaron sus viviendas, agregó.

El primer ministro del país, Shinzo Abe, expresó su preocupación por los desastres que puedan derivarse de los sismos ya que la previsión meteorológica avanza lluvias y fuertes vientos en la zona para más tarde el sábado.

La lluvia puede provocar deslaves ya que la tierra se ha movido por los temblores.

"El día de hoy es la gran prueba" para las labores de rescate, explicó Abe. Los deslizamientos de tierra ya cortaron carreteras y destrozaron puentes, obstaculizando las operaciones de salvamento y ayuda.

La policía recibió reportes de 97 casos de personas atrapadas o enterradas bajos los escombros de edificios derrumbados, mientras que otras 10 quedaron atrapadas en deslaves en tres municipalidades de la prefectura, informó Kyodo News.

Imágenes de televisión mostraron importantes daños en una residencia de estudiantes de la Universidad de Tokai, que originalmente tenía dos alturas pero que ahora parece tener solo uno. Un testigo dijo que escuchó gritos de ayuda de entre los escombros. Dos estudiantes estarían muertos.

En Mashiki, donde algunas personas pasaron horas atrapadas entre los restos, una anciana inconsciente fue rescatada de entre los escombros de su vivienda. Su yerno, Tatsuhiko Sakata, explicó que Yumiko Yamauchi, de 93 años, se negó a trasladarse a un albergue con él tras el primer sismo del jueves.

Numerosas réplicas siguen sacudiendo la zona. La más fuerte, de magnitud 5,4, se registró en la mañana del sábado. La Agencia Meteorológica de Japón explicó que el del sábado podría ser el terremoto principal, y el anterior solo un precursor. Los epicentros de ambos sismos estuvieron a poca profundidad — unos 10 kilómetros (6 millas) — y su cercanía a la superficie podría haber provocado más movimiento y daños más graves. La televisora NHK señaló que en el lapso de una hora se sintieron hasta ocho temblores.

Un gran deslave abrió de arriba a abajo la ladera de una montaña en la localidad de Minamiaso, en la prefectura de Kunamato, destrozando un importante puente que podría dejar sin alimentos y suministros de primera necesidad a la zona más afectada por los terremotos. En otra parte de la localidad, varias casas quedaron colgando peligrosamente al borde de un agujero abierto en la tierra.

Suga dijo a periodistas que se elevó a 20.000 el número de soldados desplegados en la zona, y se están enviando más policías y bomberos.

En una conferencia de prensa televisada para el todo el país, pidió a la gente que no entre en pánico.

"Por favor, ayudémonos unos a otros y no perdamos la calma", dijo.