Kabul. Al menos doce personas murieron y otras ocho resultaron heridas en un atentado suicida de los talibanes cerca del Ministerio de Defensa afgano en Kabul, en el segundo ataque de gran envergadura ocurrido hoy en Afganistán, informaron a Efe fuentes oficiales.

La acción, que tuvo lugar a primera hora de la tarde en las inmediaciones de la entrada para visitantes del departamento gubernamental, causó al menos una baja entre las fuerzas de seguridad, dijo un portavoz del Ministerio de Interior, Najeeb Danish. 

Horas antes, al menos 10 civiles fallecieron cerca de un parque cuando un suicida en una motocicleta atentó contra un líder tribal afgano en la provincia de Kunar, en el este del país, dijo un funcionario.

El líder tribal, Khan Jan, estaba entre los 10 muertos, dijo el sábado el general Abdul Habib Sayedkhaili, jefe de la policía de la región de Kunar.

Jan se había manifestado públicamente en contra de los talibanes y lideraba un levantamiento contra ellos en el distrito de Dangam.

Otros 40 civiles resultaron heridos en el ataque, que tuvo lugar en la capital de la provincia, Asadabad, apuntó Sayedkhaili.

El Ministerio del Interior afgano condenó el ataque, que calificó de "acto contra la humanidad", en un comunicado. La nota elevó a 11 el número de fallecidos en el atentado.

Reacciona el presidente afgano

El presidente afgano, Ashraf Gani, dijo hoy que su Ejecutivo no dialogará con los grupos insurgentes que matan civiles, a días de que se produzca la reunión de paz que Kabul tiene prevista con los combatientes.

"El presidente dijo que el Gobierno no mantendrá conversaciones de paz con aquellos grupos que matan civiles", dijo la oficina de prensa del dirigente en un comunicado.

Gani indicó que los ataques contra la población civil son un "acto atroz" sin cabida en "ninguna religión".

Según la nota, las tropas afganas continuarán sus combates "hasta la eliminación de aquellos que cometen actividades terroristas", en línea con su posición de enfrentar militarmente a los insurgentes que rechacen deponer las armas.

Las declaraciones del mandatario se producen en vísperas del encuentro directo que se prevé tenga lugar en la "primera semana de marzo" entre el Gobierno afgano y los insurgentes, y que reavivaría las negociaciones de paz suspendidas hace casi siete meses.

El Grupo a Cuatro (G4) formado por Afganistán, China, Estados Unidos y Pakistán, que en enero comenzó a trabajar en una hoja de ruta para el diálogo de paz afgano, hizo el anuncio el pasado martes tras reunirse en Kabul.

Los talibanes se han mostrado ambiguos con relación al proceso de paz, que en ocasiones han rechazado de plano y en otras han condicionado a medidas como el levantamiento de las sanciones de la ONU o la retirada de las tropas internacionales.

En un giro inesperado, aseguraron el pasado jueves que para poner fin al conflicto afgano, iniciado en 2001 con la invasión estadounidense, es "necesario" un diálogo de paz con Washington, que todavía mantiene en el país a unos 9,800 soldados en tareas de asistencia a las tropas afganas.