Polonia.- El papa Francisco hizo el viernes una sobria visita al antiguo campo nazi de exterminio de Auschwitz-Birkenau, convirtiéndose en el tercer pontífice consecutivo que al lugar donde las fuerzas de Adolf Hitler mataron a más de un millón de personas, la mayoría de ellos judíos.

Francisco entró en el campo a pie, caminando despacio bajo el conocido arco de entrada de Auschwitz, que muestra las cínicas palabras "Arbeit Macht Frei" ("El trabajo libera").

El papa oró en silencio durante más de 15 minutos antes de reunirse con varios sobrevivientes del campo, a los que saludó uno a uno estrechando su mano y besándolos en las mejillas. Después llevó un gran cirio blanco hasta el Muro de la Muerte, donde se ejecutaba a prisioneros.

Francisco oró de nuevo en la oscura celda subterránea donde en su día estuvo retenido san Maximiliano Kolbe, un fraile polaco católico que sacrificó su vida durante la guerra para salvar la vida de otro hombre.

Unos pequeños rayos de sol que atravesaban una diminuta ventana eran la única luz que se veía sobre el papa, que se arrodilló durante varios minutos para rezar.

Francisco, nacido en Argentina, es el primer papa que visita Auschwitz sin haber vivido la brutalidad de la II Guerra Mundial en Europa.

Sus dos predecesores tenían una conexión personal histórica con el lugar. Juan Pablo II era de Polonia y fue testigo del sufrimiento infligido a su país bajo la ocupación alemana.

Su visita en 1979 hizo historia y formó parte de los esfuerzos históricos del Vaticano de reconciliación con los judíos. El papa Benedicto XVI, que visitó el campo en 2006, era alemán y en su adolescencia formó parte durante un tiempo de las Juventudes Hitlerianas.

La visita de Francisco ayudó a subrayar la importancia de un lugar que en los últimos años ha recibido más visitantes de todo el mundo.

La visita es también diferente en su carácter privado, sin discursos previstos. Marca una diferencia con la visita de Benedicto, que habló en italiano —evitando su lengua alemana nativa— en un discurso en el que preguntó por qué Dios guardó silencio ante la matanza de tantos.

El Vaticano y las autoridades de la Iglesia polaca señalaron que Francisco expresaría su pesar en silencio en el lugar, recordando a las víctimas en una plegaria y meditación silenciosa.

Francisco tenía previsto volar desde Cracovia a Oswiecim, la pequeña localidad donde se encuentra el antiguo campo de exterminio, pero debido al mal tiempo hizo los 65 kilómetros (40 millas) por carretera.

El viernes era el tercer día de su visita de cinco días a Polonia, que incluye encuentros con peregrinos jóvenes participantes en el Día Mundial de la Juventud, una celebración religiosa global.

La jornada del viernes estaba dedicada al tema del sufrimiento. Más tarde el papa tenía previsto visitar un hospital infantil en Cracovia y participar en un Via Crucis con jóvenes.