Era un día espectacular, colmado de sol, sin nubes y con una temperatura ideal para hacer playa. Relajados, muchos turistas y lugareños tomaban sol y se bañaban en las costas de Mechnikovo, cerca de Kaliningrado, en Rusia, cercana a las fronteras de Lituania y Polonia, cuando de repente un enorme barco de guerra invade la playa provocando la estampida general de quienes estaban allí.

Se trató de un hovercraft o aerodeslizador, un enorme navío de la marina rusa que se sustenta al lanzar un chorro de aire contra una superficie que se encuentra debajo de él, lo que le permite moverse sobre cualquier superficie horizontal lo suficientemente regular, como arena, tierra, agua, nieve o hielo, sin tomar contacto con ella y desplazarse a velocidades de hasta 150 kilómetros por hora.

El navío invadió, el pasado 16 de agosto, una playa del mar Báltico. Mientras se encontraba realizando ejercicios de entrenamiento. Por suerte el incidente no causó ningún herido.

El Gobierno indicó que las maniobras del navío no eran nada fuera de lo común pero que la playa, que es terreno de prácticas del Ejército ruso, debía haber estado cerrada al público. Por eso la embarcación no aminoró la velocidad hasta que no avistó a los bañistas. Un portavoz del Ministerio de Defensa afirmó a la prensa local que se desconocen las razones por las que había gente en la playa.