Pekín.- El enviado especial norcoreano Choe Ryong-Hae expresó hoy al jefe de Estado chino, Xi Jinping, la disposición de su país a retomar el camino de las negociaciones sobre su programa nuclear, informó la agencia oficial Xinhua.

Choe se reunió con Xi en el Gran Palacio del Pueblo en Pekín y le entregó una carta personal del líder norcoreano, Kim Jong-un.

Xi, por su parte, expresó al enviado personal de Kim el interés de Pekín en una península norcoreana desnuclearizada.

"China tiene una posición muy clara sobre que todas las partes implicadas deben adherirse al objetivo de la desnuclearización, salvaguardar la paz y la estabilidad en la península y resolver las disputas mediante el diálogo y las consultas", dijo el presidente chino.

El enviado norcoreano replicó que su país está dispuesto a "negociar a través del diálogo para resolver los problemas" con prontitud.

La reunión de Choe con Xi culmina dos días de reuniones de alto nivel del enviado norcoreano, el primer alto funcionario que visita Pekín desde agosto pasado y el primer emisario directo de Kim, que llegó a Pekín con la aparente misión de tender puentes tras el enfriamiento de las relaciones entre los dos vecinos y aliados.

Choe, general de cuatro estrellas y director del Buró Político del Ejército Popular Norcoreano, se reunió también hoy con Fan Changlong, vicepresidente de la Comisión Militar Central, el máximo órgano del Ejército chino.

En su reunión, el vicemariscal norcoreano reiteró a Fan la disposición de Pyongyang a aceptar las sugerencias de Pekín para reabrir el diálogo, un mensaje que también había expresado el jueves en una reunión con Liu Yunshan, miembro del Comité Permanente del Partido Comunista, el principal órgano de dirección colegiada en el régimen chino.

Choe, encargado de la gestión política, educativa y cultural del poderoso Ejército Popular que cuenta con más de 1.1 millones de efectivos, es según expertos una persona muy próximo a Kim Kyong-hui y Jang Song-taek, tíos de Kim Jong-un y considerados altamente influyentes en las decisiones del Estado.

Pekín había dado señales de frustración en torno al programa nuclear y balístico de Corea del Norte y dio su visto bueno a la imposición de nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU después de que ese país efectuara en febrero una nueva prueba nuclear.