Uno de los volcanes más activos de Filipinas retumbó el martes y arrojó rocas del tamaño de una sala de estar que tomaron por sorpresa a unos 30 escaladores y sus guías. Por lo menos cinco murieron.

Varios heridos debieron ser evacuados mediante helicópteros de rescate y cuerdas.

Los excursionistas y sus guías filipinos habían pasado la noche acampando en dos grupos antes de salir al amanecer hacia el cráter del volcán Mayón, cuando hubo una explosión de rocas, cenizas y columnas de humo, dijo el guía Kenneth Jesalva en una entrevista por teléfono celular a la televisora ABS-CBN.

Dijo que llovieron rocas "del tamaño de una sala de estar", que mataron e hirieron a los miembros de su grupo, algunos de los cuales estaban en estado crítico. El guía regresó de prisa al campamento base —a 914 metros (3.000 pies) — para pedir ayuda.

Jesalva era parte del grupo que pasó la noche en la montaña —pintoresca y conocida por su cono casi perfecto_, cuando el volcán despertó por la mañana y las rocas comenzaron a car como lluvia sobre ellos.

Dos alpinistas españoles y un austríaco acabaron con pequeñas contusiones y fueron rescatados, dijo el gobernador de la provincia de Albay, Joey Salceda.

El gobernador agregó que entre los fallecidos había tres alemanes y su guía filipino. Dijo que para el mediodía ya se había hecho un recuento de todos los excursionistas, salvo un extranjero que fue dado por muerto.

Ocho personas resultaron heridas. Salceda dijo que otras estaban en proceso de bajar la montaña. El viento despejó las nubes de ceniza que había sobre el volcán, que estaba en calma más avanzada la mañana del martes.

"Todos los heridos son extranjeros... No pueden caminar. Apenas se puede imaginar: las rocas eran tan grandes como coches. Algunas de ellos rodaban hacia abajo", dijo Salceda desde Legazpi, la capital provincial, a los pies de la montaña.

La erupción del martes fue normal para el inquieto Mayón, explicó el jefe del Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas, Renato Solidum.

El volcán, que está a 340 kilómetros (212 millas) al sureste de Manila, ha hecho erupción unas 40 veces en los últimos 400 años.

En 2010, miles de residentes acudieron a refugios temporales cuando el volcán expulsó ceniza en un perímetro de ocho kilómetros (cinco millas) alrededor del cráter.

Solidum dijo que no se emitió una alerta por el volcán tras la erupción más reciente y que tampoco había planes de evacuaciones. Los montañistas no pueden subir cuando hay alerta y la calma previa pudo haber alentado la caminata de esta semana.