BERLÍN — Fadi y Fadiya comenzaron la escuela en Berlín el mes pasado sin saber una palabra de alemán.

Las gemelas sirias de 9 años están entre los casi 400,000 niños que son parte de un oleada de hasta un millón de migrantes que llegarán a Alemania sólo en este año. En todo el país, las escuelas han agregado más maestros y "clases de bienvenida" para enseñarle a niños como Fadi y Fadiya lo básico del alemán antes de ser integrados a aulas normales unos seis u ocho meses después.

Al iniciar un nuevo ciclo escolar el mes pasado, las escuelas de Berlín experimentaron un aumento del 70% en el número de niños que no hablan alemán. Ahora hay 478 clases de bienvenida tan sólo en la capital para unos 5,000 nuevos niños refugiados.

La escuela de Fadi y Fadiya, ubicada cerca de su hogar de asilo, abrirá una segunda clase de bienvenida en unas semanas, lo que refleja la enorme demanda de la educación especial para niños refugiados en Berlín y otros lugares.

Fadi, con una gorra de Spiderman, y su hermana Fadiya, con una cola de caballo y grandes ojos tímidos, están entre los 20 nuevos integrantes provenientes de 11 países en la clase de bienvenida que ofrece la escuela primaria.

Los niños entre 6 y 12 años vienen de Siria, Irak, Egipto, Libia, Bosnia, Serbia, Bulgaria, Turquía, Corea, Ghana y Estados Unidos. No todos son refugiados. Algunos, por ejemplo, son niños cuyos padres tuvieron que ser reubicados en Alemania por trabajo.

"Muchos de los niños nunca han visto el interior de una escuela porque pasaron años escondidos de las bombas en sótanos", dijo la directora Irina Wissmann. "Pero intentamos que se acostumbren lo más rápido posible a nuestras rutinas; es lo mejor que podría pasarles ahora".

Sin embargo, por sus antecedentes muchos se enfrentan a retos especiales.

Entre el grupo actual de estudiantes hay un niño sirio que no participa mucho en clase, pero constantemente forma pequeñas figuras con plastilina y dibuja hombres enterrados a los pies de grandes árboles.

Las guerras civiles y conflictos políticos en el Medio Oriente y África del Norte evitan que más de 13 millones de niños asistan a la escuela, de acuerdo con un reporte publicado el mes pasado por UNICEF. Los niños de Siria son especialmente afectados. Incluso si sus familias logran escapar a los campamentos de refugiados en Jordania, Turquía o el Líbano, más de 700,000 niños refugiados no podrán asistir a la escuela ahí porque la infraestructura educativa de los países está sobrecargada y no podrían manejar la carga adicional, dijo la ONU.

La maestra Sandra Wiandt, una mujer enérgica con sonrisa cálida que se incorporó a la clase de bienvenida este año, dice que la experiencia ha sido gratificante.

"Obviamente vemos que estos niños están muy traumatizados, pero la mayor parte del tiempo no sabemos exactamente qué les sucedió", contó. "Pero a pesar de sus almas temerosas, la mayoría de los niños refugiados adoran ir a la escuela y con frecuencia no quieren regresar a sus sobresaturados centros de asilo".