Tokio.- Un enviado especial de Japón en Jordania se mostró esperanzado en que tanto un rehén nipón como un piloto jordano en manos de insurgentes del grupo Estado Islámico vuelvan a casa "con una sonrisa en sus caras", mientras el martes aumentaban las críticas por la gestión gubernamental de la crisis.

En la capital jordana, Amán, el viceministro japonés de Exteriores, Yasuhide Nakayama, se mostró resuelto diciendo que creía que existen "lazos firmes" entre ambos países.

"Espero que podamos trabajar duro y unir nuestras manos para cooperar, para que los dos países (Japón y Jordania) cooperen, y que podamos ver el día en que el piloto jordano y el ciudadano japonés Goto puedan volver a sus países con una sonrisas en sus caras", dijo a última hora del lunes Nakayama, un diplomático enviado a Amán para coordinar desde el terreno los esfuerzos para la liberación de los dos hombres retenidos por la milicia extremista.

Esta era la primera vez que el funcionario japonés mencionaba al piloto jordano, el primer teniente Mu'ath al-Kaseasbeh, que fue capturado por los insurgentes en diciembre tras un accidente. No estuvo claro cuando entró en el trato la posible liberación del militar.

El intercambio de prisioneros en un tema sensible, dada la preocupación de Jordania por el piloto, y Nakayama salió de la embajada japonesa el martes sin nuevos avances.

"Hay otras partes implicadas, por lo que no quiero comentar los detalles de las negociaciones", dijo.

El periodista independiente Kenji Goto fue capturado el octubre en Siria, aparentemente mientras intentaba rescatar a otro rehén, Haruna Yukawa, de 42 años, que cayó en manos de los insurgentes el pasado verano.

Durante el fin de semana se publicó en internet una nueva grabación, sin verificar, con una foto fija de Goto, de 47 años, sosteniendo una fotografía de lo que parece ser el cuerpo de Yukawa. Además incluía una voz, supuestamente del periodista, diciendo que sus captores querían la liberación de Sajida al-Rashawi, una mujer iraquí condenada a muerte en Jordania por su implicación en un atentado suicida en el que murieron 60 personas.

El mensaje se retractaba de la petición de rescate de 200 millones de dólares por los dos japoneses, realizada en una grabación anterior, y anunciaba el fallecimiento de Yukawa. Además, amenazaba con matar a Goto a menos que al-Rashawi quedase en libertad.

Funcionarios japoneses indicaron que están tratando la publicación del video del fin de semana como auténtica, aceptando así la posibilidad de que Yukawa, un aventurero de 42 años capturado el verano pasado en Siria, fuese asesinado.

Conseguir la liberación de al-Rashawi supondría un impulso propagandístico para el grupo Estado Islámico y le permitiría reafirmar sus vínculos con al-Qaida en Irak. Al-Rashawi huyó pero fue detenida luego de que su cinturón de explosivos no detonase en el ataque en Jordania. Se declaró no culpable.

En Tokio, el martes se celebró a las puertas del parlamento una concentración interconfesional de budistas, musulmanes y cristianos con pancartas y carteles en las que se podía leer "Libertar para Goto" y "Yo soy Kenji".

"El islam no es sobre alguien proclamándose musulmán y cometiendo el delito de matar. Eso no es el islam", dijo Muhammad Yusuf Othman, un profesor musulmán.

Algunos en Japón son críticos con Goto y Yukawa por viajar a la conflictiva región. Otros critican también al primer ministro, Shinzo Abe, por buscar una política exterior más contundente, apuntando que estas intenciones pueden haber contribuido a la crisis.

A pesar de la fuerte dependencia japonesa del crudo y el gas de Oriente Medio, su red diplomática en la zona es débil, según los expertos.

"Cuando se trata de asuntos y derecho islámico, la experiencia y conexiones del gobierno son extremadamente débiles", dijo Ko Nakata, musulmán converso y antiguo experto en islamismo de la embajada nipona en Arabia Saudí. La semana pasada se ofreció para intentar mediar en la liberación de los rehenes, pero no hubo respuesta pública del gobierno.

El enviado de Abe, Nakayama, de 44 años, es un ex empleado de una agencia de publicidad graduado en ciencias del deporte y con escasa experiencia en Oriente Medio, aunque su perfil oficial muestra se ha participado en comités de defensa y seguridad nacional.

El debate parlamentario se reanudó el martes con el legislador Seiji Maehara, del Partido Democrático de la oposición, cuestionando a Abe por la gestión gubernamental de la crisis de rehenes desde la captura de Yukawa en agosto.

Destacó que el mandatario mencionó de forma explícita al grupo Estado Islámico en el anuncio del paquete de ayuda humanitaria de 200 millones de dólares para países que combaten a los extremistas — algo de lo que también hablaron los videos emitidos por la milicia.

Pero Abe defendió su actuación.

"Si tememos tanto los riesgos que sucumbimos a las amenazas terroristas, no podremos hacer contribuciones humanitarias a los países de próximos a la zona de conflicto", dijo el primer ministro. "Nuestro país nunca cederá ante los terroristas. Seguiremos con nuestra ayuda humanitaria".