Montevideo.- Un guía uruguayo de caza mató a un cliente de un disparo supuestamente al confundirlo con un jabalí en un campo del departamento de Paysandú, ubicado a unos 380 kilómetros al noroeste de Montevideo, informaron hoy a Efe una fuente policial.

El autor del crimen, que según la Policía de Paysandú, se debió a "un error humano", es un hombre de 42 años que responde a las iniciales M.I.B.C., mientras que la víctima se llamaba Pedro Marcelo Bernotti y tenía 31 años.

El autor del disparo "está prestando declaración en un juzgado", junto con una tercera persona que acompañaba a los involucrados en la cacería, de apellido Pessi y de 26 años.

Según la fuente, el supuesto accidente se produjo el domingo por la tarde en un campo ubicado a unos 70 kilómetros al norte de Paysandú, en la zona del Saladero Guaviyú.

"Se sabe que estaban cazando en la zona y el hombre fue confundido con un jabalí y recibió un disparo desde unos 50 metros", detalló.

La falta de luz es una de las causas barajadas por la Policía, que calificado el suceso de "algo inusual".

A la espera del dictamen de la justicia sobre el caso, hay elementos que pueden jugar contra el autor de los disparos, entre ello que el arma que se le incautó "no cuenta con la documentación reglamentaria, no tiene marca y su numeración difusa".

Además, el supuesto accidente se registró "en un campo privado" y los cazadores "teóricamente no contaban con autorización" para estar allí.

El diario El Telégrafo de Paysandú informó este martes de que "desde hace más de veinte años" M.I.B.C "es permanentemente contactado desde distintas partes del país por empresarios, propietarios de armerías y otras personas de elevado poder adquisitivo, quienes lo contratan como guía de caza".

El rotativo detalla que el número de serie del rifle era el "666" y el guía dijo haberlo comprado "a un desconocido en San José", departamento uruguayo vecino de Montevideo.

Indica también que la víctima tenía "un orificio de entrada de bala debajo de la axila y dos de salida en el tórax", aspecto paradójico sobre el que no ahonda, y que su presunto verdugo "se desvaneció" con la impresión de encontrar el cadáver.

"Al recobrar el conocimiento, tomó el pulso a Bernotti y comprobó que estaba sin vida. Recogió entonces las armas y retornó junto a Pessi al campamento y luego a la (comisaría) Seccional Sexta para dar cuenta de lo sucedido", explicó El Telégrafo.