México  - Descubrimientos que abren nuevas rutas en el conocimiento de las culturas prehispánicas y de los ancestros de poblaciones nativas de América se lograron en 2014 en México, resaltó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El INAH destacó que el Proyecto Tlalocan ya se encuentra en el umbral de las tres cámaras localizadas al final del túnel de 102 metros de longitud que corre bajo La Ciudadela. 

Hace dos meses se dio a conocer el hallazgo de una abundante ofrenda, la más rica hallada hasta hoy en Teotihuacan, en la antesala de estos aposentos.

Localizado a 18 metros de profundidad debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, en el depósito se hallaron cuatro esculturas antropomorfas de piedra verde, decenas de grandes caracoles del Golfo de México y el Caribe, miles de cuentas de diversos materiales, jade de Guatemala, pelotas de hule, huesos y restos de pelo de grandes felinos, discos de pirita y una caja de madera que contenía decenas de conchas trabajadas.

Con la exploración de las tres cámaras en 2015, los especialistas esperan corroborar si esta actividad ritual, realizada aproximadamente hace 1,800 años, se relacionaba con el enterramiento de gobernantes de la gran metrópoli.

Un descubrimiento revelador de 2014 lo dio a conocer el Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, en Tulum, Quintana Roo, dirigido por el INAH con apoyo de la Sociedad Geográfica de Estados Unidos. Luego de tres años de estudio se confirmó que un esqueleto de mujer, "Naia", recuperado adentro de esa cueva inundada, tiene una antig edad aproximada de 13,000 a 12,000 años.

Los estudios de ADN mitocondrial lo colocan como el eslabón que vincula a los primeros pobladores de América con los grupos indígenas contemporáneos de este continente.

Asimismo, por primera vez se pudo relacionar un esqueleto que tenía características faciales y craneales de un paleoamericano con el ADN de cazadores-recolectores que cruzaron el Estrecho de Bering hace de 18,000 a 26,000 años.

Además, especialistas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, en coordinación con el Centro INAH Quintana Roo, realizan desde hace más de dos años el levantamiento de una milenaria metrópoli urbana de más de 34 hectáreas en el actual ejido Botes-Rovirosa, a la que bautizaron Noh Kah, "Ciudad Grande".

Noh Kah, de la que se han definido seis grupos arquitectónicos, abre el conocimiento sobre la influencia de la dinastía Kaan en lo que hoy es el sur de Quintana Roo, zona reconocida por la presencia del glifo de la Cabeza de la Serpiente en sitios como El Resbalón, Dzibanché y Pol Box, o Los Alacranes en Campeche.

En la pendiente de un lomerío de El Rosario, sur de Sinaloa, fue descubierto el entierro denominado Tumba 1 de Chametla, de características inusitadas para la arqueología estatal, conformado por elementos de tumbas de tiro del antiguo occidente de México y ricas ofrendas depositadas en torno a restos óseos.

Al parecer corresponde a personajes importantes de la cultura que antecedió a ocupaciones conocidas en Chametla, el asentamiento con las características sedentarias más antiguas de esa entidad (de 350 a 450 d.C.).

De confirmarse la antiguedad del sitio Loma del Tecomate, las ocupaciones culturales en este lugar se extenderían posiblemente hasta el 150 a.C. El entierro, de varios individuos con los huesos pintados de rojo, pertenecería a los primeros pobladores de esta región cultural.

El hallazgo de figurillas, hachas de piedra verde, jadeíta, cerámica blanca, cajetes y tecomates en las costas Grande y Chica de Guerrero permitió la identificación de ocho nuevos sitios olmecas, que se suman a los 30 registrados en la entidad.

Los nuevos datos arrojados por la prospección arqueológica son importantes porque Guerrero es un área alejada de la parte nuclear de esta cultura en Tabasco, lo que habla de la interacción macrorregional desde el Golfo hasta el Pacífico, señaló el INAH.