Ciudad del Vaticano.- Un italiano concluyó su protesta en la cúpula de la Basílica de San Pedro hoy por la tarde tras pasar más de 24 horas atrincherado en el domo de 130 metros (426 pies) de altura para protestar contra el gobierno italiano y las políticas de la Unión Europea.

Dos bomberos ayudaron a jalar a Marcello de Finizio hacia el interior de la basílica, un día después de que eludiera la seguridad del Vaticano para llegar hasta el domo y desplegara una manta que decía "¡Ayuda! ¡Basta de Monti!", refiriéndose al primer ministro italiano Mario Monti, quien ha estado implementando duras medidas de austeridad y reformas económicas para reducir la deuda y el déficit de Italia, así como impulsar el crecimiento.

De Finizio fue llevado directamente a la estación de policía de Roma, pero dijo a The Associated Press por teléfono celular que esa era "una formalidad" y no esperaba que le levantaran cargos.

Es la segunda ocasión en tres meses que De Finizio escala el domo. Su protesta anterior en julio sólo duró cuatro horas y no obtuvo ningún resultado concreto.

A comienzos de año también pasó tres noches en una estructura de metal de 70 metros de alto (230 pies) en Trieste y dijo que un juez le retiró los cargos por causar una alarma.

De Finizio dijo que no tuvo ninguna incomodidad en particular en la protesta del miércoles, que terminó después de que el ministro de Turismo Piero Gnudi aceptó reunirse con una delegación de propietarios de negocios en playas para hablar de las nuevas leyes que regulan al sector.

La inconformidad gira en torno a las reformas del gobierno que obligarán a efectuar un proceso abierto de licitación para los negocios establecidos y limitarían el número de licencias.

El gobierno aprobó las medidas de acuerdo con normas de la Unión Europea para tratar de hacer más competitivo al sector al evitar que los permisos pasen de generación en generación. Pero los concesionarios dicen que ellos hacen inversiones considerables en las propiedades, incluyendo hipotecas, que corren el riesgo de perder, y que no pueden conseguir préstamos para invertir más mientras los cambios estén pendientes.

"Todo el sector está en suspenso. Esto es un trauma para el sector, es un trauma para Italia", dijo De Finizio.

Las concesiones cubren más de 4,000 kilómetros (2.500 millas) de la costa italiana —más de la mitad de ella— y se aplican en la renta de sillas para descansar, sombrillas y habitaciones para cambiarse, así como para el establecimiento de cafés y restaurantes.

De Finizio perdió el restaurante que tenía junto a la playa en la ciudad de Trieste por un incendio en 2008 y dijo que no ha podido conseguir un crédito para reconstruirlo debido a los cambios en las regulaciones.