Lo único que quiere este joven nezoelandés es trabajar, sin embargo hay un detalle que se lo ha impedido; un gigante tatuaje en su rostro.

Según reportó People en Español el joven está ansioso por conseguir en empleo para “ayudar a su familia”, pero su pintura que cubre más de la mitad de su cara que lee “Devast8” no le parece nada agradable a quienes pudieran emplearlo. Sin embargo, Cropp insiste en que eso no debe ponerse en cuestión a la hora de contratarlo.

El hombre explicó al periódico New Zealand Herald que se hizo el tatuaje en la cárcel de Christchurch, en Nueva Zelanda.

“Estaba borracho y me lo dejé hacer y ahora es imposible quitarlo, pero no por ello quiero condicionar mi vida”, relató.

Cropp se declaró culpable de varios cargos, incluyendo robo agravado y asalto con un arma. Dijo que cometió el crimen “para obtener dinero suficiente para traer a casa. Necesitaba ayudar a mi novia embarazada y a mi mismo, pues nos echaron de casa de sus padres y no teníamos un hogar donde vivir”.

Cuando al fin salió de la cárcel y regresó a su casa, Cropp no vio más a su hijo ya que su la dio en adopción y por ello, ahora quiere recuperar a su familia, pero para lograrlo debe conseguir dinero con “un trabajo digno”, algo que se le está haciendo bien difícil.