Teherán.- A las 2:15 a.m. de la próxima madrugada comenzará el Año Nuevo del calendario persa, la fiesta del Nouruz, una milenaria y simbólica tradición con la que los iraníes se desean lo mejor para el año entrante, en esta ocasión marcada por las anhelos de paz y de alcanzar un acuerdo nuclear con Occidente.

El año persa de 1394 llegará justo en un momento clave de las negociaciones que Irán mantiene con el Grupo 5+1 (EE.UU, China, Francia, el Reino Unido y Rusia, además de Alemania) para llegar a un acuerdo que garantice al país asiático el desarrollo de un programa nuclear pacífico a cambio del levantamiento de las sanciones económicas que pesan sobre él desde hace más de una década.

La ansiedad por el resultado de unas negociaciones que pueden marcar el futuro inmediato del país, no ha impedido a los iraníes cumplir con los rituales del Nouruz (literalmente "Nuevo Día" en persa) y prepararse para recibir a la hora exacta el nuevo año en familia y como manda una tradición que tiene más de 3,000 años de historia y es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

Desde hace días, casas y negocios de todo el país han preparado el "Sofreye Haft Sin", literalmente el "mantel de las siete eses", la mesa en la que en el momento del cambio de año el equinoccio de primavera tendrá que haber siete alimentos que comienzan por la letra S, peces de colores, un espejo, velas y un libro del poeta Hafez.

Así, no faltarán el "Sib", manzana, que atraerá la belleza, el "Somaq", una especia que representa el nuevo amanecer, el "Samanu", un dulce de germen de trigo que traerá riqueza, la fruta "Sanjed", que dará el amor, el "Serque", vinagre, que traerá paciencia, el "Sabze", brotes de trigo y legumbres, como muestra de renacimiento, y el "Sir", el ajo, símbolo de la salud.

"Son cosas de origen persa, comestibles y vegetales. Y son palabras simples que empiezan por S. De las millones de palabras del persa, solo esas siete cumplen los requisitos. Luego se añaden otras cosas, como los peces de colores, huevos pintados o monedas, con las que se pide una bendición y cosas buenas, para que la gente empiece el año con esperanza y felicidad", explicó a Efe un florista de Teherán que no quiso dar su nombre ante su espectacular "Sofreye".

Para este comerciante, la bendición que pedirán los iraníes este año será sin duda "un acuerdo nuclear" que rompa con las sanciones existentes y los "puntos muertos políticos y económicos" que han afectado a Irán y que han generado "un gran estancamiento".

"Toda la nación iraní y en mi opinión también todos los del Gobierno se pondrán muy contentos si con el comienzo del año les llega esa buena noticia de que las negociaciones hayan llegado a su etapa final y que se haya logrado un acuerdo. Ese será un buen año lleno de bendición", añadió.

Para Nargues Kashaní, una mujer que compraba frutos secos y dulces para la noche de Nouruz, el deseo de fin de año, además de "juntarse y pasarlo bien", era pedir "salud y paz para todo el mundo".

"Deseo un buen futuro y que convivamos con paz y tranquilidad, porque todos somos iguales, tanto en Irán como en el resto del mundo. No hay diferencias. También le pido a Dios que se arregle el tema nuclear, para que además no tengamos tantas preocupaciones", añadió.

Igual, pase lo que pase con las negociaciones, nada impedirá el tradicional éxodo masivo de los iraníes al campo o al extranjero por Nouruz, ya que tanto los centros educativos como muchas entidades públicas y privadas cierran sus puertas durante 13 días y casi todos los negocios entran en letargo.

"Ojalá haya un acuerdo nuclear. Ojalá. Eso le conviene a todos, a Irán y a Occidente. Este año habrá cosas que cambien aquí y para mejor", indicó a Efe Shapoor, un taxista teheraní para quien sin embargo lo mejor de esta fiesta no son ni los buenos deseos ni los encuentros familiares, sino el tráfico en Teherán.

Nouruz es el único período del año en el que la capital iraní se vacía de coches y en el que es posible vivir sin su también tradicional embotellamiento perpetuo.