Ciudad del Vaticano.- La canonización de la madre Teresa de Calcuta llega 19 años después de su muerte, pero sobre todo en un momento especial para la Iglesia católica que celebra un Jubileo de la Misericordia, de la que la monja, premio Nobel de la Paz, fue testimonio con su ejemplo durante toda su vida.

"Un llamamiento a la misericordia en este mundo tan fracturado. Un llamamiento para que el mundo encuentre las razones para vivir y esperar", así definió el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, la canonización del próximo domingo de la madre Teresa de Calcuta.

Una canonización que el papa Francisco insistió para que fuese celebrada antes de la clausura de este Año Santo.

El rito "para recordar las viejas y las nuevas pobrezas y un mensaje directo al mundo actual", agregó Parolín en una entrevista concedida en ocasión de este evento.

De esta manera, la canonización de la religiosa que se ha producido de manera rápida, ya que sólo han pasado 19 años desde su muerte, pero que ha cumplido con todos los requisitos - como los dos milagros necesarios por su intercesión -, se convertirá en el evento más importante del Jubileo.

Un Jubileo, que el papa Francisco instituyó para reflexionar sobre la necesidad de la caridad y sobre todo para que se realizasen actos de misericordia.

En el Año Santo, que comenzó el pasado 8 de diciembre y terminará en 20 de noviembre, se han prodigado numerosos actos, pero se ha desarrollado de una manera discreta como el pontífice deseaba y sólo la canonización de Madre Teresa congregará a cientos de miles de personas en la Plaza de San Pedro.

Además para recordar a la monja que dedicó la vida a los más desfavorecidos por las calles de Calculta, las misioneras de la Caridad, la congregación que fundó la madre Teresa, han organizado en Roma una serie de encuentros y celebraciones.

También la Iglesia católica está preparando el evento con varias ceremonias y el viernes, 2 de septiembre, se celebrará una misa en varios idiomas en la Basílica de Santa Anastasia en Roma y allí los fieles podrán venerar las reliquias de la beata Teresa de Calcuta.

Por la noche, desde las 20.30 hasta las 22.00 horas tendrá lugar una vigilia de oración, presidida por el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, en la Basílica de San Juan de Letrán y el sábado 3 de septiembre, en la plaza de San Pedro tendrá lugar una catequesis del Papa Francisco

Todos estos actos prepararán a la misa de canonización que se celebrará en San Pedro y en la que también está prevista que participen representantes y autoridades de numerosos países.

En representación de España, acudirá a la canonización la reina Sofía y el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo.

Las hermanas de la Caridad han decidido vivir con sencillez la canonización de su fundadora y sólo dos o tres religiosas de las diferentes sedes acudirán en representación de sus zonas.

Sí que asistirán las representantes de las hermanas de la congregación que gestionan la casas de ayuda a los pobres fundada por la madre Teresa, llamada "Dono di María", donde todos los días dan de comer a centenares de necesitados en Roma y que se encuentra cerca de San Pedro.

Fuera del territorio vaticano, la Misión de Observación Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas ha organizado una retrospectiva fotográfica en la sede de Nueva York de esta institución sobre la vida y legado de la madre Teresa de Calcuta.

El supuesto milagro que llevará a una premio Nobel a los altares de la Iglesia católica es el que se produjo en 2008 en un hombre brasileño, que estaba en fase terminal por un tumor cerebral y que salvó su vida después de que su esposa pidiera la intercesión de la beata, según han explicado los informes médicos.

El brasileño Marcilio Haddad Andrino estará en la Plaza de San Pedro para asistir a la canonización de la madre Teresa, como el 19 de octubre de 2003 estuvo Mónica Bersa, la mujer india de 34 años que padecía un tumor en el abdomen del que sanó en 1998.

Ambos casos han sido los elegidos para subir a los altares a Gonxha Bojaxhium nacida en 1910 en Skopje, bajo el imperio Otomano, y que para muchos había sido ya santa en vida.