CARACAS (AP) — Mientras se aproxima el plan del presidente venezolano Nicolás Maduro para reescribir la constitución de la nación, la oposición promete intensificar las manifestaciones casi diarias para expresar su disconformidad. Casi 7.2 millones de venezolanos votaron en una consulta popular simbólica el domingo, rechazando la iniciativa de Maduro para la elección el 30 de julio de los miembros de una asamblea constituyente que podría rediseñar el gobierno del país y consolidar su poder. 

¿CÓMO COMENZÓ EL CAOS EN VENEZUELA? 

La nación rica en petróleo fue una de las más prósperas de América Latina, pero se ha sumido en la agitación política y económica a medida que los precios del petróleo se desploman, las fincas fueron estatizadas, las fábricas paralizaban su producción y la corrupción se extiende sin control. 

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Los venezolanos frustrados por la escasez de alimentos, una inflación de tres dígitos y una tasa de homicidios que se ubica entre los más altos del mundo, salieron a las calles a principios de abril después de que una decisión del Tribunal Supremo de Justicia despojó de sus últimas competencias a la Asamblea Nacional, ahora controlada por la oposición. 

La decisión fue revertida en medio de una andanada de críticas locales e internacionales, pero desencadenó una ola de protestas que ha dejado al menos 93 muertos, miles de heridos y centenares de detenidos. 

¿QUÉ QUIERE LA OPOSICIÓN? 

Los manifestantes exigen el adelanto de elecciones, incluida la presidencial, y quieren que Maduro levante su prohibición de abrir un canal humanitario para que los alimentos y suministros médicos necesarios puedan llegar a los venezolanos. También piden que todos y cada uno de los presos políticos sean puestos en libertad. 

El líder socialista se ha rehusado a aceptar la ayuda exterior al rechazar que Venezuela enfrente una crisis, al tiempo en que argumenta que permitir la asistencia humanitaria foránea podría poner a la nación en riesgo de una intervención militar extranjera. 

Maduro ha rechazado las convocatorias de una nueva elección presidencial antes de la votación programada para 2018. Los miembros de la oposición temen que la asamblea constituyente la reprograme o acabe con una futura elección presidencial. 

¿QUIÉN APOYA A MADURO? 

Las encuestas indican que muchos venezolanos no apoyan al gobierno socialista instalado por el ahora fallecido presidente Hugo Chávez, pero también abundan los que desconfían de la oposición. 

La oposición ganó el control de la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas de 2015, pero ha sido continuamente bloqueada por el Tribunal Supremo, lleno de magistrados cercanos al gobierno. El máximo tribunal anuló ocho de las leyes de la asamblea entre enero y octubre de 2016. Sólo se ha dado un cúmulo de sentencias así desde la independencia hace más de 200 años, de acuerdo con juristas. 

Los líderes de la mayoría de las instituciones claves, incluido el Consejo Nacional Electoral, se han mantenido firmes detrás de Maduro. 

Un contendor inesperado que ha surgido es la fiscal general, Luisa Ortega Díaz. Ella rechazó la polémica decisión del Tribunal Supremo de marzo de anular el congreso y ha denunciado repetidamente la Asamblea Constituyente. 

¿LOS MILITARES PODRÍAN INTERVENIR? 

Los militares venezolanos han intervenido históricamente para poner fin a las disputas políticas y la oposición los ha instado a salvaguardar la actual constitución y que impidan que tome curso al proceso de redactar una nueva carta. 

A finales de junio, un piloto de la policía judicial y actor emergente de cine, que robó un helicóptero y atacó la sede del Tribunal Supremo, llamó a una rebelión contra el gobierno de Maduro, pero hay escasas señales que indiquen que una revuelta está en marcha. 

Chávez y Maduro pasaron años construyendo una estrecha relación con los altos mandos militares, recompensándolos con dinero y su designación en poderosos cargos gubernamentales. Más recientemente, Maduro ha promovido a algunos militares acusados de supuestas violaciones de derechos humanos en contra de opositores. 

¿QUÉ HARÁ LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE? 

La asamblea podría cambiar dramáticamente la estructura gubernamental del país. La constitución actual, impulsada por Chávez en 1999, amplió de tres a cinco poderes las ramas del Estado venezolano y unificó las dos cámaras del congreso en un solo cuerpo. También le ayudó a extender su mandato presidencial de cinco años sin reelección inmediata a seis años con la posibilidad de ser reelecto indefinidamente. Gobernó 13 años. 

No está claro qué cambios Maduro planea introducir, pero los miembros de la oposición temen que cualquier rama del gobierno que no esté alineada con Maduro se quedará sin poder. Temen además que las ya retrasadas elecciones regionales, que fueron reprogramadas para diciembre de 2017, serán canceladas. Es probable que el partido de Maduro pierda esos comicios. 

La oposición no inscribió candidatos para la Asamblea Constituyente, argumentando que esos comicios están diseñados para garantizar una mayoría pro-gobierno. También ven a la Asamblea Constituyente como otro medio por el cual Maduro consolidará aún más su poder.