Yuriko Koike, de 64 años, hizo historia ayer al ganar de manera aplastante las elecciones al gobierno de Tokio, un puesto que nunca ha ocupado una mujer y que está considerado el segundo de mayor relevancia del país tras el de Primer Ministro.

La nueva gobernadora, que fue presentadora de televisión y traductora de árabe antes de lanzarse a la política, se presentó como independiente a pesar de ser miembro del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) y basó toda su campaña en aparecer como alternativa a los grandes partidos políticos.

Ecologista, nacionalista y liberal en lo económico, Koike ha sido ministra en dos ocasiones.

Desde 2003 a 2006, estuvo al cargo de la cartera de Medio Ambiente durante el gobierno de Junichiro Koizumi, su mentor y gran apoyo político.

En 2007, durante el breve primer gobierno del actual Primer Ministro, Shinzo Abe, consiguió el hito de ser nombrada la primera mujer al frente del ministerio de Defensa, aunque dimitió 54 días más tarde.

Un año después, se presentó al liderazgo del PLD y se convirtió también en la primera mujer en hacerlo.

"Con el fin de romper el estancamiento que afronta la sociedad japonesa, creo que el país podría tener también una candidata. Hillary utiliza la palabra 'techo de cristal'... pero en Japón, no es de cristal, es una placa de acero", explicó al presentar su candidatura en relación con la insignificante representación de mujeres en la política nipona. Con ella, solo siete mujeres ostentarán el cargo de gobernadoras de un total de 47 prefecturas de Japón, donde el número de parlamentarias ronda el 10 por ciento.

Su perseverancia en la política y el hecho de ser una mujer fuerte le han valido el apelativo de "la Hillary Clinton japonesa", una figura a la que a ella le gusta compararse.

Un corto matrimonio a la edad de 21 años durante su estancia en El Cairo es de los pocos datos que han transcendido de la vida privada de esta mujer, cuya afición por el mundo árabe le llegó de su padre, un rico comerciante de petróleo.

Entre las principales tareas que Koike deberá asumir está la de preparar a la metrópoli nipona, una de las mayores y más ricas del mundo, para los Juegos Olímpicos de 2020. "Las olimpíadas son algo bueno para nosotros. Quiero usarlas como oportunidad para construir un nuevo Tokio más allá de 2020", apuntó la nueva gobernadora al presentar su candidatura.