CIUDAD DE MÉXICO — Durante un día entero, la atención de México y del mundo se centró en la historia de los esfuerzos dramáticos para alcanzar a una niña que se creía atrapada entre los escombros de una escuela devastada por el terremoto de 7,1 del martes.

Inicialmente se informó que la pequeña había movido los dedos, que le había dicho a los rescatistas su nombre y que había más personas atrapadas cerca de ella. Los trabajadores pidieron herramientas para alcanzarla mientras los medios, los funcionarios civiles y militares, así como los equipos de rescate y voluntarios, repitieron la historia con tal sentido de urgencia que la convirtió en un drama nacional, resultando al final en una distracción de otros esfuerzos de rescate en diversos puntos de la ciudad.

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Sin embargo, resulta que la niña nunca existió, según informó la Marina mexicana el jueves ante el desconcierto del mundo y los mexicanos.

“Queremos puntualizar que la versión que se sacó con el nombre de una niña no tenemos conocimiento; nosotros nunca tuvimos conocimiento de esa versión y no creemos”, dijo el secretario adjunto de la Marina, Ángel Enrique Sarmiento.

“Estamos seguros de que no fue una realidad”, puntualizó.

Sarmiento dijo también que una cámara incrustada entre los escombros mostraba vías de sangre donde una persona herida aparentemente se arrastraba. Ésta, la única que aún estaba catalogada como desaparecida, sería parte del personal de la escuela.

Se aclaró que sólo eran rastros de sangre, sin dedos moviéndose y sin voz.

Los usuarios de Twitter rápidamente usaron el hashtag “fake news” (noticias falsas) y se quejaron de que la cobertura había distraído la atención de los esfuerzos reales de rescate para salvar a otras víctimas de los derrumbes, algo que no ha sucedido en la escuela en al menos un día.

Los pedidos desesperados de grúas, vigas de apoyo y herramientas eléctricas en la escuela fueron escuchados rápidamente por la urgencia de salvar a los niños, pero no estaba claro si eso afectó otras operaciones de rescate que sucedían simultáneamente en media docena de otros sitios alrededor la ciudad.

A pesar de toda la tecnología llevada hasta la escuela —incluidos los dispositivos de imagen térmica, sensores, escáneres y cámaras remotas— el error pudo haber sido pasado por alto por rescatistas excesivamente entusiastas que, uno a uno, se arrastraron hasta la parte inferior de los túneles entre los escombros.

“No creo que haya mala fe”, dijo el analista de seguridad Alejandro Hope. "Quieres creer que hay niños todavía vivos allá abajo".

Los rescatistas entrevistados por The Associated Press el miércoles por la noche junto a una barricada que bloqueó a la mayoría de los periodistas para llegar al sitio creían la historia de la niña. Operando con poco descanso, donando alimentos y herramientas, los rescatistas estaban emocionalmente comprometidos con la historia y la adrenalina que ésta les provocaba podría haber sido lo único que los mantuvo en marcha.

El trabajador Raúl Rodrigo Hernández Ayala salió del sitio el miércoles por la noche con la certeza de que la pequeña estaba allí. “La niña está con vida y tiene signos vitales”, aseguró, y agregó que otros cinco niños habían sido localizados vivos en un sótano.

"Fue una confusión", dijo Alfredo Padilla, un voluntario de rescate en la escuela, después de que se diera a conocer que la niña no existía. "Lo importante es que hay signos de vida y estamos trabajando en eso", agregó en referencia al mensaje de la Marina, que contemplaba la posibilidad de que una persona de intendencia sí hubiera sobrevivido al derrumbe.

En retrospectiva, la historia de "Frida Sofía", tenía algunos puntos sospechosos desde el principio.

De inicio, los funcionarios no pudieron localizar a ningún pariente de la niña desaparecida y The Associated Press informó que ninguna chica con ese nombre asistía a la escuela. Los rescatistas dijeron que todavía estaban separados de ella por los escombros, pero que de alguna manera todavía podían oírla.

El episodio podría tener repercusiones políticas: el secretario de Educación, Aurelio Nuño, a menudo mencionado como posible candidato presidencial, había repetido la historia de Frida Sofía.

Hope notó que "algo similar ocurrió en 1985", cuando ocurrió el terremoto de 8,0 grados de magnitud que mató a miles de personas. Ese año, los medios de comunicación informaron rápidamente que un niño de nueve años había sido localizado en los escombros días después del sismo del 19 de septiembre, 32 años atrás. Los rescatistas se movilizaron en un esfuerzo masivo para encontrarlo, pero al parecer nunca existió.

La historia “generó un enojo con los que atizaban esa información”, recordó Hope.