SEÚL, Corea del Sur— Vecinos enfadados de una localidad rural de Corea del Sur lanzaron el viernes huevos y botellas de agua al primer ministro en protesta por los planes de desplegar en la zona un sistema estadounidense de defensa antimisiles.

Seúl anunció esta semana que el avanzado sistema de misiles, llamado Defensa de Área de Gran Altitud Terminal, o THAAD por sus siglas en inglés, tendría su base en la localidad suroriental de Seongju para enfrentar mejor las amenazas norcoreanas. Los vecinos de Seongju iniciaron protestas, alegando que les preocupan los posibles riesgos para la salud provocados por el sistema antimisiles.

El primer ministro, Hwang Kyo-ahn, acompañado por su ministro de defensa y otros, viajó el viernes a Seongju para explicar la decisión, pero su discurso se vio interrumpido de inmediato por abucheos.

Algunos lanzaron huevos y botellas de agua y gritaban "Nos oponemos con la vida al despliegue del THAAD", de acuerdo con imágenes en la televisión.

Un funcionario resultó herido en la frente. Al parecer ningún objeto alcanzó directamente a Hwang, al que sus guardas de seguridad protegieron con paraguas y bolsas. La chaqueta de su traje, sin embargo, quedó manchada de huevo.

Cuando él y otros salieron del edificio hacia un minibús, fueron rodeados por cientos de manifestantes, algunos usando tractores. Hwang tuvo que permanecer en el autobús más de seis horas.

Las autoridades surcoreanas dicen que son infundadas las ideas de que los sistemas de radar del THAAD emitan ondas electromagnéticas que pueden causar problemas de salud. Representantes de defensa aseguran que el sistema estadounidense es inofensivo si la gente se queda al menos 100 metros lejos de él.

Los habitantes de Seongju criticaron al gobierno por decidir unilateralmente el despliegue sin consultarlos. Unos 200 vecinos protestaron el miércoles durante la visita del ministro de Defensa y algunos escribieron cartas con sangre. Unos 13 líderes locales iniciaron una huelga de hambre.

El ministro de Defensa Han Min Koo dijo a los vecinos el miércoles que él personalmente se pondría frente a los radares para demostrar que no son dañinos.

El plan para desplegar un sistema antimisiles también disgustó a Corea del Norte y China. Pyongyang ha amenazado con medidas "físicas" no especificadas en respuesta, mientras Beijing sospecha que el sistema ayudará a los radares estadounidenses a rastrear sus misiles. Rusia también se opone al despliegue.

Estados Unidos tiene unos 28,500 soldados en Corea del Sur como medida disuasiva ante una potencial agresión de Corea del Norte.