KABUL— Las fuerzas de seguridad de Afganistán combatían el lunes por cuarto día consecutivo contra los talibanes por el control de la capital de una provincia oriental. Los insurgentes lanzaron un masivo ataque la semana pasada que sorprendió a las defensas y les permitió tomar algunas partes de la ciudad, según las autoridades.

Alrededor de 100 policías y soldados y 20 civiles fallecieron en los combates, dijo el ministro de Defensa de Afganistán, el coronel Tareq Shah Bahrami, en una conferencia de prensa el lunes, añadiendo que el conteo de víctimas podría variar.

Por su parte, el titular de Interior, Wais Ahmad Barmak, dijo que casi 70 policías perdieron la vida en los cuatro días de combates en Ghazni.

Dos remesas de unos 1,000 soldados fueron enviadas a Ghazni para evitar la caída de la ciudad en manos de los talibanes, apuntó Bahrami.

El bando rebelde sufrió 194 bajas, incluyendo las de 12 cabecillas, entre las que había combatientes extranjeros paquistaníes, chechenos y árabes, y otros 147 resultaron heridos, agregó el ministro de Defensa.

El asalto a Ghazni, capital de la provincia homónima, fue una importante demostración de fuerza por parte de los talibanes, que se infiltraron en la estratégica ciudad ubicada apenas a 120 kilómetros (75 millas) de la capital, Kabul.

Estados Unidos envió a asesores militares para ayudar a las fuerzas afganas en Ghazni.

La ofensiva, lanzada desde varios frentes, comenzó el viernes cuando, tras infiltrarse en viviendas particulares, los talibanes aprovecharon la noche para sorprender a las fuerzas afganas. Desde entonces, los combates han sido intensos.

Se conocen pocos detalles de la operación ya que los talibanes destruyeron una torre de telecomunicaciones a las afueras de la ciudad, cortando las líneas de telefonía fijas y celulares, lo que complica la confirmación de los pormenores de los combates.

En Kabul, las autoridades insistieron en que la ciudad no cayó en manos de los talibanes y señalaron que las fuerzas afganas siguen controlando posiciones gubernamentales clave y otras instituciones.

La caída de Ghazni, donde viven unas 270.000 personas, representaría una importante victoria para el Talibán. También cortaría una importante arteria que une a Kabul con las provincias del sur, el bastión de los talibanes.

La ONU expresó su preocupación por los civiles que se encuentran en fuego cruzado.